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Un satélite espía chino fuera de control, a punto de caer sobre la Tierra

Se estrellará en algún punto de una vasta zona que incluye España

Un satélite espía chino de dos toneladas que está fuera de control se precipitará a la Tierra en los próximos días y entrará como una bala a 650 kilómetros por hora para caer en algún punto de un vasto cinturón que incluye España y prácticamente todo el mundo habitado, aunque también grandes zonas de agua. Aunque no se puede saber hasta última hora, se espera que caiga entre la noche de hoy, domingo, y la madrugada del miércoles, según los últimos datos de trayectoria del Mando Espacial de EE UU, que lo sigue continuamente.

Como estaba diseñado para ser recuperado, el satélite FSW1 tiene un escudo térmico para evitar que se destruya con la fricción con la atmósfera, por lo que es más peligroso que otros artefactos que han caído y se han destruido antes de alcanzar la superficie terrestre. También dispone de paracaídas para frenar la caída, pero no es probable que funcionen.Lanzado el 8 de octubre de 1993, el satélite se perdió 10 días después de su lanzamiento con fines militares y quizá también científicos. La causa fue, según la revista Aviation Week, un fallo en las órdenes para que aterrizara en la provincia china de Sichuan con el objeto de recuperar las imágenes que había tomado.

Entonces pasó a una órbita elíptica que estos días es de sólo 134 kilómetros de perigeo y 390 kilómetros de apogeo, con una inclinación de 56,5 grados. Pierde altura continuamente.

El artefacto no contiene material nuclear y está siendo vigilado por el Mando Espacial de Estados Unidos, que mantiene el registro de todos los cuerpos en órbita, incluidos los 7.000 objetos de cierto tamaño que constituyen la basura espacial.

Desde los setenta no se han producido caídas de naves espaciales en la Tierra. Una fue la de la estación Skylab de EE UU, que cayó sobre Australia, en una zona deshabitada, y otra un satélite nuclear ruso que cayó en Canadá sin causar daños.

Regreso del 'Columbia'

Por otro lado, el transbordador espacial Columbia, con siete astronautas a bordo, regresó ayer a Tierra, tras una misión científica de 16 días plagada de dificultades. Su principal objetivo, generar electricidad en órbita, fracasó al romperse el largo cable que unía la nave a un satélite artificial italiano (el satélite yo-yo, valorado en 55.000 millones de pesetas). El aterrizaje se retrasó dos días por el mal tiempo.

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