El exclusivo club de los 150.000
Poco más de media docena de escritores españoles alcanzan la cifra mágica que los convierte en superventas
Las historias de maduración, las novelas con personajes de mujer, especialmente si son maduras, la novela histórica romántica y el género de intriga tratado con talento constituyen el esquema básico de los superventas españoles. Poco más de media docena de escritores superan con creces en España la barrera de los 150.000 ejemplares. A partir de ahí, los editores creen tener en las manos un valor muy seguro. Los integrantes de este exclusivo club, algunos de cuyos miembros son Arturo Pérez Reverte, Alberto Vázquez. Figueroa, Antonio Gala, Terenci Moix, J. J. Benítez, Manuel Vázquez Montalbán y Eduardo Mendoza, coinciden en que la fórmula del éxito no existe.El más veterano lleva 40 años escribiendo y ha vendido más de 13 millones de ejemplares de sus 52 libros. "El que me leía desde niño es este chico, Arturo Pérez Reverte, que lo ha hecho muy bien, ha viajado, ha conocido, me dijo que desde los 12 años quería ser como yo". Con esa soltura se expresa Alberto Vázquez Figueroa, de 59 años, nacido en Santa Cruz de Tenerife y autor de Tuareg. Su última novela, Piratas (Plaza y Janés), tiene personajes con nombres como el temido Jacaré Jack. Otras obras de este autor juegan igualmente con títulos efectivos y exóticos como Ébano, Manaos o Cienfuegos. "Realmente lo hace muy bien", añade sobre Pérez Reverte. "Es el único en la línea de lo que yo he hecho. Y si he creado una escuela, me siento muy orgulloso de que me salgan discípulos tan aprovechados".
Vázquez Figueroa, que ha vendido de Tuareg 1,2 millones de ejemplares en España y más de 2,3 en todo el mundo, insiste en que no hay fórmulas para escribir un superventas. "Libros en los que has puesto todo tu entusiasmo resulta que luego te los comes con patatas y, sin embargo, El perro, que lo escribí en tres días, sirvió para una película y se ha traducido a más de 20 idiomas. Fueron los tres días más, productivos de mi vida".
Su colega el escritor catalán Terenci Moix es de la misma opinión: "Si existiera una fórmula para el éxito la pasión de escribir se iría a hacer puñetas", dice convencido. Él todavía no entiende por qué No digas que fue un sueño, novela con la que ganó el Premio Planeta en 1986, se ha convertido en uno de los libros más vendidos desde la posguerra. Llegar a los dos millones de ejemplares es un récord que muy pocos superan. "Nunca pensé que la historia de Marco Antonio y Cleopatra iba a interesar a tanta gente. Es difícil de entender por qué un libro funciona y otro no cuando hay ingredientes parecidos", reconoce.
Moix considera igual de dificil escribir Mujercísimas -una obra que él mismo define como esperpéntica- que Venus Bonaparte -una novela histórica que le llevó años de recopilar documentación para tratar de recrear un clima y que se ha vendido menos- "En la obra de todo escritor hay unos niveles. Es cuando escribo para reírme del mundo o cuando me pongo a hacerlo en carne viva. Creo que no hay que encasillarse, y partir de la base de que si te equivocas tampoco pasa nada".
El editor de Plaza y Janés, Enrique Murillo, asegura que leyendo los manuscritos de Vázquez Figueroa tiene emociones semejantes a sus lecturas de adolescencia. "Es un narrador travieso que siempre tiene sorpresas preparadas. Uno de sus esquemas favoritos es el de la maduración, con un joven que encuentra a un maestro de la vida con el que supera los problemas".
Como buen ojeador de manuscritos y conocedor del gremio Murillo aclara que la mayor parte de los autores trabajan sobre su propia experiencia personal y luego completan lo que han visto o vivido con documentación que en muchos casos piden a la propia editorial. "No es frecuente que un superventas quiera pasar dos meses de vacaciones en una isla paradisiaca buscando inspiración", aclara.
Vázquez Figueroa asegura que no utiliza las fórmulas que se imaginan detrás de los best sellers. Explica que no escribe sobre temas actuales ni carga las tintas sobre el sexo y la violencia. "Mis libros tratan de una familia que emigra de Canarias a Venezuela o de la época del caucho en el Amazonas. Mis lectores se han acostumbrado a mis obras. Les parecen divertidas. Les gusta que haya aventuras. Y para que se capte el sentido de la aventura hay que haberla vivido. Yo he pasado 21 años en África, 14 en Suramérica y dos y medio navegando en la Polinesiá o en las Galápagos. Quizá los lectores compran mis novelas porque les cuento lugares, situaciones y personajes que conozco perfectamente, y lo cuento de una manera simple".
Para ser multimillonario, Vázquez Figueroa, que vive en Lanzarote, dice que hubiera tenido que escribir cinco libros como Tuareg. Reconoce que su tarea le ha dado el suficiente dinero para vivir muy bien, "tener una casa muy bonita, un barco y poder atender a mi montón de hijos".
Antonio Gala vendió el año pasado más de 200.000 ejemplares de Más allá del jardín. Sus editores de Planeta comentan que La pasión turca lleva vendidos más de 400.000, incluyendo el ascenso fulgurante que tuvieron las últimas ediciones tras el éxito de la película de Vicente Aranda. Gala sigue considerando ahora que la película era "una 6irria", y no cree que ésta haya intervenido tanto en las ventas como sus relaciones de fidelidad e intimidad con los lectores. Su primera novela, El manuscrito carmesí, ha vendido más de 400.000 ejemplares. Gala ve muy claro que "no hay receta" para estos éxitos, y cita que Terenci Moix, Pérez Reverte o él mismo son ejemplos de la diversidad de temas y estilos.
Gala espera en su finca de Málaga la aparición de su nueva novela, La regla de tres, que trata de un trío amoroso. El escritor coincide con sus colegas en la experiencia, en su caso en el teatro, de haberse entregado en obras que no tuvieron éxito y a la inversa.
Arturo Pérez Reverte, de 45 años, explicaba con motivo de la presentación de su último libro, La piel del tambor, de 600 páginas y del que Alfaguara hizo una tirada inicial de 150.000 ejemplares, que nunca buscó una manera de escribir que "funcionara en el mercado, aunque si hubiera tenido que hacer concesiones las habría hecho". El autor de La tabla de Flandes, una obra que ha tenido más de veinte ediciones, no va a pedir perdón por el éxito ni a renegar de él, porque está convencido de que "bien asimilado es absolutamente positivo".
El caso de superventas quizá más especial en España es el de J. J. Benítez, de cuyos cuatro libros de la serie El caballo de Troya ha vendido en España más de dos millones de ejemplares. Planeta publicará la quinta entrega el 12 de abril. Benítez, que escribe también sobre ovnis, templarios y otros temas de realidades paralelas, resulta difícil de localizar, y esta semana, en la propia editorial, sabían que estaba en el sur, pero no cómo contactarle.
Fuera de España, el éxito literario de cientos de miles de ejemplares puede llegar por dos vías: con una novela especial, como fue el caso de La conjura de los necios o La insoportable levedad del ser, y cuando los autores de género, como John Le Carré o Stephen King, dan un bombazo. Un caso aparte es García Márquez, cuya obra Cien años de soledad sigue arrasando en todo el mundo.
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