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Entrevista:NUEVO MAPA POLITICO

"El Partido Popular ha recuperado el chovinismo español"

Xosé Hermida

El Bloque Nacionalista Galego (BNG) se estrenará en las Cortes sin ánimo "intransigente, maximalista o de buscar la colisión frontal", según anuncia su líder y portavoz, Xosé Manuel, Beiras. Profesor de Economía y traductor de literatura francesa, Beiras, de 59 años, ha conservado de su paso por La Sorbona el aire y el aspecto de la vieja izquierda revolucionaria. Pero también ha sido el artífice del giro hacia el pragmatismo del BNG, que de identificarse hace una década con HB ha pasado a englobar una compleja amalgama de partidos, del centro-izquierda al comunismo ortodoxo, más cercanos a posturas federalistas que independentistas. Su fórmula para salir del embrollo político es ni más ni menos que una alianza entre el PSOE y todos los nacionalistas.Pregunta. Lograr dos diputados es un éxito para el BNG, pero ¿le será difícil hacerse oír?

Respuesta. Lo importante no es tanto el trabajo que se haga allí como el tener una credencial para la interlocución política. Lo más difícil es entrar y mientras estás fuera no cuentas. La presencia en las Cortes pone a Galicia en el tablero de ajedrez y nos permitirá plantear sus reivindicaciones en términos razonables, pero absolutamente rotundos.

P. El BNG no rechaza alianzas con el PSOE y le va bien. ¿Es una lección para IU?

R. En cierto sentido, sí. Aunque se derechizase en su política, la ideología y las raíces del PSOE están en la socialdemocracia y eso es izquierda. No a la que yo me apuntaría, pero es izquierda. Nos enfrentamos al PSOE por la concepción del Estado, pero además de nacionalistas somos progresistas y nuestro enemigo principal es la derecha.

P. ¿Por qué sostiene que el PP no podrá entenderse con CiU?

R. Si fuese una derecha del talante de Helmut Kohl o de algunos segmentos de la derecha francesa, sería posible. Pero el PP ha recuperado el discurso chovinista español, muy agresivo, casi como en el Movimiento Nacional, y entra en colisión frontal con lo que representa el nacionalismo catalán. Pujol juega a no negar de antemano la posibilidad de un pacto, pero pone condiciones humillantes. Si el PP acepta, iría contra su base social.

P. ¿Fraga también quedaría en una situación incómoda?

R. Ya lo está. Fraga decía que si gobernaba Aznar, Galicia tendría más ventajas que nunca. Pero los ciudadanos verían ahora que los catalanes vuelven a sacar más tajada, mientras nosotros iríamos hacia atrás.

P. Usted defiende una alternativa entre el PSOE y todos los nacionalistas.

R. El proceso autonómico ya no es reversible, ni siquiera lo es el proceso de desarrollo hacia una fórmula federal. Creo que los renovadores del PSOE, son conscientes de ello y han mostrado que pueden aliarse con grupos nacionalistas que tengan actitudes razonablemente asumibles. En el plano social, la crisis del proceso de Maastricht está forzando en Europa a reconsiderar aspectos de la política monetarista. La combinación de ambas cosas es el menú a resolver y abre posibilidades. Incluso es más congruente con el régimen parlamentarista un Gobierno basado en la mayoría social que no apostó por el PP. Sería más estable que pactos que llevan dentro bombas de relojería.

P. El BNG está contra Maastricht. Parece difícil que González abandone su fe en el tratado...

R. No creo que González esté atado a Maastricht por una fe, sino que apuesta al proceso europeo, aunque los costes sean muy graves, porque es consciente de que el Estado español no tiene peso político para modificarlo. Pero al final se impondrá en Europa la idea de que Maastricht no es viable.

P. ¿Y ustedes ya no plantearían de inmediato una reforma constitucional?

R. Apostar por una estrategia más rupturista sería una imprudencia temeraria o nos confinaría en el testimonialismo. La prioridad es buscar alianzas con las otras comunidades históricas y contribuir a un proceso para que la modificación del marco constitucional se haga, a corto plazo si es posible, pero sin situaciones traumáticas.

P. ¿Hasta dónde habría que llegar para eliminar la tensión nacionalista?

R. Lo lógico es que una nación tienda a tener un Estado propio. Pero si se acierta con una fórmula de vertebración supranacional, se encajarán razonablemente los hechos nacionales. Eso se puede desarrollar por fórmulas pacíficas y democráticas en un tiempo histórico que no podemos calcular. Ya en 1976, el nacionalismo gallego fue realista y elaboró una propuesta para la creación de un Estado federal. Un modelo así reduciría la conflictividad.

P. Hay quien presenta a CiU como un nacionalismo de ricos, incompatible con el de comunidades pobres.

R. Representa el proyecto político de la burguesía catalana, es un nacionalismo conservador, pero no reaccionario, ni tampoco un lobby para defender privilegios. Ahora bien, Cataluña y el País Vasco no pertenecen a la periferia del sistema como Galicia. En ese sentido hay muchas diferencias.

P. El PP y el PSOE han comparado al BNG con HB.

R. Nunca defendimos la lucha armada, ni tuvimos relaciones con ETA. Sí con HB, pero las rompimos hace 10 años por el problema de la violencia y por sus intentos de satelitizarnos. En Galicia ha habido episodios de lucha armada después del franquismo y el BNG nunca ha estado implicado en ellos.

P. ¿La persistencia del terrorismo enturbia la cuestión nacional?

R. La envenena. No sólo por la demencia y el salvajismo de ETA, sino por la reacción contraria de sacralización del actual modelo político.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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