La otra imagen de la solidaridad

Cuando en 1991 el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se lanzó al campo de la producción televisiva, en el sistema de la ON U muchos alzaron sus voces, convencidos de que su sitio estaba en la cooperación al desarrollo y no en el terreno audiovisual. Un lustro más tarde, una buena parte de los ciudadanos de 180 países han tenido ocasión de contemplar los problemas más importantes que en los albores del nuevo milenio debe solucionar el planeta, como la droga, la demografía, los derechos humanos, el racismo o el comercio intemacional, echando por tierra los argumentos de los detractores. En España, es La 2 la que emite esta serie (los miércoles, a las 16.30), con el título Norte-Sur y bajo la dirección de Mirentxu Zabalegui.La revista audiovisual de PNUD, Azimuts (nuestro Norte-Sur) le ha dado la vuelta a los clichés que el público del primer mundo recibe de los países en desarrollo en los cerca de 150 reportajes realizados sobre temas como las elecciones de Haití, el comercio de la piel de cocodrilo en Nueva Guinea Papúa, el nuevo enemigo de África: la droga, las chabolas en Colombia, el papel de caña de azúcar en Cuba, la ruta de la heroína en Tailandia o los ancestrales sistemas de cultivo en Bolivia, dejando constancia de los esfuerzos, del ingenio, la creatividad, el humor, la dignidad y el progreso de sus gentes.

Con una duración media de diez minutos cada uno, estos minidocumentales abordan diferentes aspectos del desarrollo "sin paternalismo, desde un ángulo positivo, alejado voluntariamente de las imágenes catastrofistas habitualmente presentadas en las pantallas de televisión", subraya el productor, Jean-François Arrou-Vignod. Y escoge como ejemplo el de una telespectadora camerunesa con filarosis -enfermedad transmitida por un mosquito-, curada gracias a la técnica de un médico brasileño que fue protagonista de un reportaje de Norte-Sur. Con ejemplos como éste se cumple el objetivo de la serie de poner a los pueblos en contacto y de aportar experiencias a otros países o regiones. El equipo ya ha recorrido 60 países en desarrollo y sus emisiones han pasado por las televisiones de otros 180.

Aunque es un servicio público sólo las televisiones de los países desarrollados pagan una pequeña cantidad por los programas, que permite distribuir gratuitamente las casetes de vídeo a las cadenas de los países más pobres-, el equipo debe buscar el 70% de su presupuesto para seguir filmando, lo que le permite mantener su independencia en la línea editorial. Arrou-Vignod se queja de que no siempre son los mejores temas los que más dinero reciben. Disponibles en inglés, francés y español, muchos de los reportajes se hacen por encargo o en coproducción con otros organismos de la ONU, con fundaciones y/o ONGs.

En el programa de hoy de La 2 Norte-Sur aborda la situación de los huérfanos de Haití, los médicos voluntarios que trabajan en Zanzíbar y la caída de la producción de la caña de azúcar en Isla Mauricio.