EL QUIRÓFANO

Mucho EindhovenAtacar cuesta abajo. El Eindhoven, el Ajax y el Feyenord, éste a cierta distancia, son los únicos equipos de peso en la Liga holandesa. El resto les queda lejos. Eso les da un hábito de transitar rápido hacia el ataque, de no entretenerse en masticar la jugada sino acudir pronto a completarla, porque suelen enfrentarse a equipos muy interiores. Y ese hábito se les nota en un atrevimiento especial también contra equipos grandes. Parece como si atacaran cuesta abajo, no cuesta arriba como el resto de los equipos del planeta.

Mucho miedo. El Barça juega con pocos defensas y a3rer, encima, sin algunos titulares y con gente fuera de sitio. El miedo que otras- veces nos hace pasar su arriesgado sistema de juego se multiplicó ayer por varios enteros. Hasta Sergi navegó en algunas fases.

Figo. Intenta siempre, y parece el mejor camino del Barça hacia el peligro, pero empieza a ser el saco de los golpes. Merece más protección arbitral.

Por amor propio. El Barça recompuso la situación por amor propio. Su reacción en la segunda parte coincidió además con el hundimiento del veteranísimo Wouters en el centro del campo holandés, y gracias a eso enmendó algo el resultado.

Árbitros UEFA. Mal de muchos, epidemia. Nos quejamos de nuestros árbitros, pero partidos de éstos nos hacen pensar que lo de por ahí no es mejor. Cuando el partido elevó su temperatura, en el último cuarto, el de ayer se perdió. La UEFA no hila nada fino en este aspecto. Un partido así requería algo mejor.