MURCIA:

JOSÉ ROCAMORA La final quedó en un 5-3 -cinco escaños para el Partido Popular y tres para el PSOE-, no en el 6-2 que acariciaban los más optimistas simpatizantes del Partido Popular, que consideraban probable el estancamiento socialista en el 30% de los votos, el porcentaje que obtuvo el PSOE en las europeas de 1993. El domingo, los socialistas levantaron algo la cabeza, al situar su porcentaje de apoyo más cerca del 40% que del 30%.

La seguridad en la victoria local volcó el interés de los militantes populares, que seguían el escrutinio desde un céntrico hotel de Murcia en los resultados nacionales. La tercera mayoría absoluta conseguida por el PP murciano, que lidera Ramón Luis Valcárcel, mantiene el listón muy alto. Ha roto la barrera de los 350.000 votos, cifra nunca alcanzada hasta ahora por el PP, y ha superado el 50% de los sufragios. Luis Gamir, al frente de la candidatura provincial del PP, ha revalidado el éxito que ya consiguió en 1993.

En la reconvertida sede de los socialistas murcianos, adaptada a las modestias de los tiempos electorales que viven desde hace un tiempo, durante la noche del 3-M no parecía que hubieran perdido un escaño y que por primera vez el PSOE tuviera menos diputados que el PP. El marcador final -cinco escaños para el PP y tres para el PSOE- se recibió como una victoria, contra las encuestas y contra la tendencia reciente que hacía temer una derrota mayor. Juan Manuel Eguiagaray, cabeza de lista, no ocultaba su satisfacción por los resultados obtenidos, que suponen seis puntos por encima de las autonómicas del pasado año. Se esfumó, por ejemplo, el síndrome del suelo electoral por debajo del 30%.

En Izquierda Unida la modestia fue la tónica dominante. Conservan el escaño para Pedro Antonio Ríos y mejoran unas décimas los registros de las últimas generales. Alrededor del 10% de los sufragios en Murcia van para la coalición que lidera Julio Anguita.

La elección al Senado fue una fotocopia de las elecciones de 1993: los mismos candidatos, los mismos resultados: tres para el PP, uno para el PSOE. También este 3-M fue una reproducción de las generales de 1982 y 1993, con cifras de participación récord.