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Divorcio y monarquía

( ... ) El matrimonio real se ha roto. ( ... ) Sólo causaba dolor, y los niños no eran los que menos sufrían. Ambas partes necesitaban mirar hacia el futuro. Nadie tenía nada que ganar -aparte de los periódicos de Murdoch- sacando a la luz durante meses las miserias de los implicados. ( ... ) Esta es la forma menos mala de tratar una desgraciada situación privada. (...) El miércoles se puso fin, al menos provisionalmente, a una historia que había llegado a penetrar en la vida de toda la nación británica durante más de una década. Estamos también ante la definitiva humillación de la estrategia modernizadora a largo plazo del palacio de Buckingham. La monarquía decidió que para sobrevivir tenía que popularizarse. Se hizo pública. Abrió sus vidas y sus palacios a nuestra ávida mirada. Durante unos pocos años, esa táctica tuvo un éxito enorme. El Reino Unido se convirtió en una nación con un fervor por la monarquía difícil de encontrar en nuestra historia moderna. Sin embargo, la estrategia de popularización ha fracasado. Es difícil saber en qué dirección podrá avanzar ahora con, regia dignidad la atribulada casa de Windsor. La crisis del matrimonio real no es constitucional, pero tiene consecuencias constitucionales. ( ... ) Los matrimonios reales han situado en la agenda política la cuestión de la monarquía. Aunque sólo sea por esa razón, es absurdo pretender ahora que el debate sobre la reforma constitucional debe o puede ignorarse. (...) , 29 de febrero

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