El vídeo pornográfico
Altas instancias del Partido Popular se quejaron por el vídeo que presentó el PSOE para la campaña electoral. Si hacemos memoria de lo que ha sido la legislatura que termina en unos días, la cosa parece de lo más normal. Aunque durante la campaña electoral los candidatos del PP se hayan calzado el traje de primera comunión, durante los últimos años se han puesto morados de largar, de montar la bronca y de descalificar al rival. Si gana las elecciones el señor Aznar, ya puede rezar para que no le toque una oposición con semejante estilo, porque de ser así va a terminar con el bigote como Dalí, pero sin una coartada artística que evite su ingreso en la unidad de agudos del psiquiátrico más próximo.Pues sí, parece normal que no les guste el vídeo en cuestión: también ha recibido duras críticas editoriales en este periódico y desde otros medios, pero a mi lo que me sorprendió es que estos señores del PP lo calificaran de pornográfico. Alarmado ante la emisión de un vídeo pomo a mediodía, ¡y sin codificar!, escandalizado, me senté delante del televisor (que es lo que hay que hacer cuando a uno le escandaliza un programa) destrozado por la impaciencia, por los nervios. Miles de imágenes me asaltaban en la espera: ¿saldrá Alfonso Guerra bailando unas sevillanas en pelotas? ¿Habrán pillado una foto tipo Chávarri de Isabel Tocino?
El vídeo resultó de lo más frustrante. En el diccionario, una imagen pornográfica viene definida como aquella que excita morbosamente la sexualidad. Por más vueltas que le di, sólo me cabían tres posibles imágenes que indujeran a pronunciar ese calificativo y no el de sucio, golpe bajo, desleal, impropio de país civilizado, etcétera, que suelen emplearse en estos casos.
La primera de esas imágenes es la de una joven besándose con un chico, pero mejor descartarla., porque en tal caso tendríamos que estar cuestionando la capacitación de quien emitió la crítica para ejercer un cargo público. El famoso voto del miedo tendría que pasar a ser voto del pánico, pues si esa imagen puede llegar a ser pornográfica para alguien que está a punto de mandamos, la regresión que sufriríamos no nos llevaría a tiempos recientes de infausta memoria, sino, directamente, a la recuperación de la Inquisición.
La segunda es la de un señor hablando de espaldas a la cámara. Yo no sé si alguien ha podido ver en esa imagen una provocación. La segunda vez que vi el vídeo me fijé un poco más y, la verdad, el fulano en cuestión lleva un traje de lo más comedido y el pantalón no le marca en absoluto.
En la tercera y última tenemos al señor Aznar acompañado del señor Alvarez Cascos. La verdad es que este último no es muy agraciado fisicamente, pero tampoco le tacharía yo de pornográfico, puesto que, insisto, ese calificativo hace referencia a otras cosas. Sólo nos queda la imagen del señor Aznar.Yo me pregunto: ¿puede esa imagen del señor Aznar excitar morbosamente la sexualidad? Yo creo que no. Claro está que aquí entramos en el campo de lo subjetivo, y cada cual puede excitarse con lo que le dé la gana, y más aún "morbosamente". Pero al calificar de pornográfico el vídeo ese señor abandona el terreno de lo subjetivo, no dice "a mí me pone", sino que extrapola y da a entender que es un vídeo que excita al personal, en general.Yo creo que estamos sacando las cosas (le su quicio preciso. Es de suponer que la excitación que sufre ese señor al contemplar las imágenes cedidas por el PSOE para la campaña es debida al alto grado de veneración que siente por su presidente. Se trata, como se decía antiguamente, de un adicto. Pero la verdad, como yo no soy de esa cuerda, a mí el vídeo del PSOE no me pone cachondo, se lo juro.
También puede que se trate de un simple acto de peloteo, puesto que viene de un inferior jerárquico, pero si fue una opinión sincera, un piropo sentido, no queda más que felicitar al señor Aznar por lo mucho que le quieren los que le rodean.
Aunque yo, la verdad, me conformo con un poco de afecto. Sin más.
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