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El Gobierno bosnio proclama el fin del sitio de la ciudad de Sarajevo

El silencio de las armas ha conseguido lo que en casi cuatro años no consiguieron los ejércitos, levantar finalmente el sitio de Sarajevo. El ministro del Interior bosnio lo proclamó ayer en llijas tras asumir en nombre de su Gobierno el control de este pueblo en manos serbias. El traspaso de poder en Ilijas, abandonado en masa por sus vecinos, quedó sellado poco después de las nueve de la mañana, cuando comenzaron a ondear dos banderas bosnias en la fachada de la comisaria de este suburbio serbio a una veintena de kilómetros de la capital.

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A esa hora, el ministro Avdo Hebib colocaba desde una vistosa grúa amarilla las enseñas con la flor de lis en el desvencijado edificio crema de dos plantas. Algunos aplausos protocolarios subrayaron el traspaso a la Federación del segundo suburbio serbio de los cinco que pasarán bajo su control antes del 20 de marzo. Ya desde el amanecer, con un frío polar y en cualquier tipo de vehículo, algunos de los serbobosnios que todavía quedan en Ilijas se habían echado a la carretera con sus enseres. Era una estampa trágicamente medieval.El traspaso de llijas a sus nuevos dueños, en cumplimiento de los acuerdos sobre la unificación (le Sarajevo, se había iniciado con gran fanfarria poco antes de las nueve, cuando una larga caravana procedente de la capital enfiló a toque de sirena y precedida de un blindado de la OTAN la entrada a este pueblo de montaña, virtualmente desierto. Un

Puñado de serbios curiosos miraban desde la cuneta. llíjas, al oeste de la capital bosnia, es una ganancia estratégica para la Federación, porque permite la comunicación segura de Sarajevo con el centro del país y Tuzla.

"Aquí éramos unos 13.000 hace unos meses, ahora debemos quedar 2.000 y la mayoría nos iremos en los próximos días", explica Makso, un hombre serbio de 50 años que ha vivido toda su vida en el pueblo y encargado ahora de organizar el transporte para quienes no tienen medios.

La víspera salió de llíjas un largo convoy de camiones militares serbobosnios que, con acompañamiento de la OTAN, acudió para facilitar su evacuación. Pero una parte (le los vecinos todavía no ha empaquetado sus cosas o decidido dónde se dirigirá. A diferencia de Vogosca y otros suburbios serbios que cambiarán de manos, las casas de llijas están casi intactas, con sus puertas y ventanas.Forzados a destruir

Serbios de Vogosca e llíjas han confiado a organizaciones humanitarias que se habrían quedado si sus dirigentes de Pale no hubieran ordenado una política de tierra quemada, consistente en llevarse no sólo las pertenencias personales, sino cualquier elemento en uso o susceptible de ser empleado para trabajar. En Vogosca, traspasada hace una semana, el cine local fue vaciado. llidza, el más importante de los sectores serbios de Sarajevo, está incomunicado telefónicamente, porque los que: se marchan saquean las centralitas.

"De mi casa dejo hasta los enchufes", asegura Bosko, encargado de las calderas que distribuyen agua caliente al pueblo y que todavía permanece en llijas con su mujer y sus hijos. "Me habría quedado si lo hubieran hecho al menos dos o tres de mis vecinos, pero todos se van. Tenemos miedo. No de los musulmanes que tenían aquí antes su casa, sino de los que vendrán de todas partes y que lo han perdido todo.

Como otra veintena de serbios de mediana o avanzada edad, Bosko estaba ayer observando cómo una reluciente placa azul traída desde Sarajevo era colocada en la fachada de la comisaría. El recinto fue recorrido antes por especialistas en explosivos. "Es un gran día que hemos esperado con mucha paciencia", dice el ministro Hebib, cuyo Mercedes blindado tiene un impacto de bala.

"Las organizaciones humanitarias se han desentendido, y los que no tienen dinero o medio de transporte se han tenido que quedar", se queja Masko. Con él, para cuidar de los más viejos, permanecerán un par de médicos serbios hasta el 19 de marzo, en que ha de quedar completado el traspaso de territorios. No cree que los que se han ido regresen, "a lo más intentarán intercambiar sus casas".

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