Marcha por la paz

es un bien impagable. El asesinato del profesor Francisco Tomás y Valiente lo sólo ha truncado su vida, sino nuestras posibilidades de aprovechar su actividad intelectual, sus reflexiones, sus futuros libros. Es inconcebible la frivolilad con que se destruye irreparabIemente un bien absoluto como es la vida humana; la facilidad con que se daña a una comunidad despojándola de quienes pueden enseñarla, mejorarla, hacerla crecer. Detrás del profesor Tomás y Valiente quedan su obra, sus alumnos. Su asesino, que nos ha privado de un maestro, ¿qué nos deja?: vacío, dolor, muerte. Ésa es su obra; por eso será recordado- María Dolores Villarán Adánez. .

tan grave, para que nos quitéis este guía y fuente de saber y nos clavéis estepuñal en el corazón? ¿Por qué? Si era un hombre bueno y honrado del que todos podíamos aprender. ¿Qué hay que hacer para que comprendáis que ya está bien, que ya basta? Yo sólo pedía ir a sus clases y escuchar, ¿es tanto? Francisco Tomás y Valiente, nunca te olvidaremos.

de a pie porque las circunstancias no me han permitido ser otra cosa, quiero decir con eso que soy una más de las ca-Pasa a la página siguiente Viene de la página anteriorras anónimas que nos cruzamos cada día en cualquier calle. N obstante, quiero, desde mi anonimato, rendir homenaje a un hombre que ha sido paradigma de hombría, de lealtad a unos ideales de cómo ser más útil a los demás, porque creyó en la justicia sin demagogias, creyó en el ser humano como tal sin imponer creencias; en resumen, creyó en el pensamiento en toda su profundidad, su valor y su fuerza para corregir los errores y vicios de lo cotidiano, creyó en las libertades individuales, es decir, creyó en todos nosotros y en lo que de racional y bueno podamos tener- .