La mujer que suplantó la voz de Anabel Segura abandona la prisión
Felisa García Campuzano, de 35 años, safió ayer del centro penitenciario de Brieva (Ávila) a las 13.50, tras hacerse efectiva la fianza de medio millón de pesetas impuesta por la juez de Illescas (Toledo), Manuela Hernández. Felisa García fue exculpada por su marido, Emilio Muñoz Guadix, quien asegura que la coaccionó "con una navaja" para que suplantase la voz de Anabel Segura y así exigir 150 millones de pesetas como rescate por el secuestro de la joven, cuando ya había sido asesinada. Encarcelada desde el mes de octubre, Felisa García quedó en libertad con el deseo de ver a sus cuatro hijos. Se encontró con ellos en la casa de su madre en Vallecas,Emilio Muñoz permanece en la cárcel de Valdemoro (Madrid), acusado del secuestro y asesinato en abril de 1993 de Anabel Segura, vecina de La Moraleja. Exculpó el miércoles pasado a su esposa de haber participado en los hechos en un careo mantenido en el Juzgado de Instrucción numero 1 de Illescas, por lo que la abogada de oficio, Pilar Jara, solicitó la libertad de su defendida. El marido de Felisa aseguró que Cándido Ortiz, el otro encarcelado por este hecho, sí había participado en el asesinato.
Felisa García confesó su estado cuando salió acompañada de su madre y dos familiares, que fueron a buscarla tras pagar la fianza. "No me encuentro bien", musitó. "No puedo decir nada; delante de mi abogada, ahora no", fueron sus escasas palabras. Y su mayor deseo: "Tengo ganas de ver a mis hijos".
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La madre de Felisa consiguió pagar la fianza gracias a una hermana
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Al llegar a la cárcel, Rosa Campuzano señaló que visitaba cada sábado a su hija, quien, según confirmó, ha estado recibiendo tratamiento psicológico. La madre de Felisa depositó a primera hora de ayer la fianza de medio millón de pesetas reclamada por la justicia en una oficina bancaria de Illescas (Toledo) gracias a su hermana Fuensanta, por lo que minutos después podía presentar el justificante de pago en el juzgado de la localidad toledana.
Después llegó a la cárcel de Brieva el exhorto del juzgado de guardia de Ávila con la orden de puesta en libertad para la esposa de Muñoz Guadix. Felisa García confesó su estado cuando salió acompañada de su madre y dos familiares, que fueron a buscarla tras pagar la fianza. "No me encuentro bien", dijo. Y su mayor deseo: "Tengo ganas de ver a mis hijos".
Felisa aparenta algunos años más de sus 35. Morena, de mediana estatura y algo rellena, iba vestida con un abrigo gris, pantalón y botas negras, y con gafas de sol. Felisa, que cuando acudió el miércoles al juzgado toledano se tapó el rostro con una chaqueta para evitar las fotografías, salió de Brieva portando una gran bolsa negra de. plástico con ropa y sus enseres personales. En compañía de sus familiares recorrió los 100 metros que separaban el recinto carcelario de donde se encontraba su padre, Antonio. El padre, quien las esperaba en un Peugeot 309 de color blanco, increpó a los fotógrafos que rodeaban el vehículo.
La madre de Felisa afirmó que se dirigían a Pantoja (ToleIdo), que dista apenas un kilómetro de la antigua fábrica de cerámica entre cuyos escombros fue encontrado el cadáver de Anabel Segura.
Sin embargo, periodistas de Telemadrid localizaron a Felisa García por la tarde en el domicilio de sus padres en Vallecas.
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