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Blancos por la gracia de Ford

Obreros negros posaron para un anuncio y en el follelto 'son' blancos

Los directivos de Ford aseguran que todo ha sido un lamentable error, pero la acusación de racismo no se ha hecho esperar. En un intento de acallar el escándalo, la compañía de automóviles ha enviado sus disculpas envueltas en un cheque de 1.500 libras (unas 300.000 pesetas) a cuatro de sus empleados de color, transformados en personas blancas por las técnicas de manipulación fotográfica en un folleto a disposición del público en los concesionarios Ford del país. La primera medida de la empresa ha sido ordenar la retirada de todos los folletos y anuncios afectados por la "alteración".Los cuatro empleados (Douglas Sinclair, Keith Thomas, Patricia Marquis y George Pinto) posaron en 1991 para una campaña publicitaria con la que Ford pretendía presentar ante sus clientes el multirracial panorama de sus salas de montaje en el Reino Unido. Pero la campaña -gajes del oficio cuando se es una poderosa multinacional- tenía que servir para otros países con menos complejidad racial.

¿Qué pintaba la imagen multirracial de la planta de Dagenham en un país como Polonia? Los directivos de Ford encargaron entonces a la empresa de publicidad Ogilvy & Mather que hiciera los oportunos retoques. Para empezar, George Pinto pasó a convertirse en un hombre blanco con bigote, que, por necesidades de composición, aparecía sentado en el extremo opuesto al que ocupaba en la fotografía original.

Patricia Marquis dejaba de ser una chica negra de 30 años para adoptar el rostro de una madura y desconocida empleada blanca. Otro tanto ocurrió con Keith Thomas, mientras Douglas Sinclair, de 56 años de edad, conservaba su posición y hasta su mono de trabajo, pero un rostro de piel blanca y con gafas ocupaba el sitio de su cara morena. 0 sea, cambios de rostros sin modificar el resto de¡ cuerpo.

Nadie sabe por qué razones el montaje polaco ha terminado regresando en 1996 al Reino Unido.

El primero que advirtió las curiosas alteraciones. fotográficas fue un empleado de la planta de Dagenham, Noel Sinclair, que acudió a un concesionario local de Ford, en Essex, para comprarle un coche a su madre. Ojeando los folletos puestos a disposición de los clientes, enseguida reparó en la antigua fotografía. "Pero cuando intenté localizar a Patricia en la imagen, vi que había sido reemplazada por una mujer blanca. Su cuerpo estaba ahí, pero no su rostro", comenta.

Noel Sinclair dio la voz de alarma y los cuatro afectados -otros dos trabajadores negros no identificados han desaparecido por completo de la fotografía original- se presentaron en la sede de su sindicato para pedir una explicación a los directivos de la multinacional Ford. "Mi primera reacción fue de indignación. ¿Para qué nos habían pedido que posáramos? Me sentí completamente humillada", ha comentado Patricia Marquis a la prensa británica.

Por su parte, han sido vanos los altos cargos de Ford que se han deshecho en disculpas. "Creemos que ha quedado claro, y así se lo hemos hecho saber a los sindicatos; que no ha habido ninguna razón racial. Les hemos pedido disculpas de nuevo por todas las molestias".

Sea como fuere, el incidente ha llevado "malas vibraciones" a la planta de Dagenham donde, como explicaba Steve Hart, responsable del Sindicato de Transportes en dicha fábrica, el 40% de los trabajadores pertenece a minorías étnicas. De momento, se ignora cuál ha sido la reacción entre los empleados de la empresa Ford en Polonia.

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