El general y yerno desertor de Sadam Husein vuelve a Irak sin condiciones
Ignorado por sus anfitriones, despreciado por sus colegas de la oposición iraquí y exprimido como un limón por los servicios secretos de medio mundo, el general Kamel Husein Hasán puso ayer fin a seis meses de exilio en Jordania y emprendió, sin condiciones, el camino de retorno a Bagdad, aunque supuestamente recibió garantías de su suegro, el presidente Sadam Husein, de que no tomará represalias contra él.
El general, que reveló valiosos secretos de la industria armamentista iraquí y condenó al régimen de Bagdad en su vano intento por convertirse en una alternativa política viable para Irak, partió, como llegó, al frente de un séquito de desertores que incluye a las dos hijas de Sadam, Ragda y Rana, y a su hermano Sadam Kamel. La televisión iraquí informó anoche de que Husein Kamel pidió perdón el sábado al presidente Sadam, quien dos días después convocó al Consejo Revolucionario que gobierna Irak. Añadió que el consejo, de acuerdo a una ley que permite el retomo de los antiguos disidentes políticos, "garantizó el perdón" a los arrepentidos, que serán tratados como "ciudadanos ordinarios". Una amplia delegación esperaba al convoy de tres limusinas de los arrepentidos nada más cruzar la frontera iraquí.Este desenlace ha sorprendido a pocos. El general tránsfuga, que se convirtió en un incordio para los jordanos, jamás logró aglutinar a la oposición. "Sus manos están manchadas de sangre iraquí" era la frase más corriente entre los acérrimos enemigos de Sadam. El lunes pasado, Husein Kamel indicó que planeaba regresar a Irak, donde, dijo, su suegro estaba dando "pasos importantes hacia la democratización". En un giro de 360 grados, aseguró que deseaba sumarse a la campaña "para proteger al país frente a las conjuras para dividirlo".
El Gobierno iraquí, tras la deserción en masa registrada el pasado 8 de agosto, declaró que Husein Kaimel y su hermano "se habían autocondenado a muerte por alta traición". Ahora, el retomo de las hijas de Sadam va a ser seguramente utilizado como un potente instrumento propagandístico. Según el Gobierno iraquí, Ragda y Rana fueron engañadas y obligadas a abandonar subrepticiamente Irak. Husein Kamel y Sadam Kamel, aborrecidos hasta por los enermigos del régimen por su implacable represión de shiíes y kurdos cuando. estaban en el poder, podrían ser rehábilitados para cerrar para siempre el capítulo de las deserciones.
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