Anguita acusa a González de torpedear con insultos la regeneración de la izquierda

Felipe González tiene miedo a un posible acuerdo poselectoral entre TU y el PSOE. Un acuerdo que signifique la regeneración de la izquierda real y el fin del actual PSOE. Ésta es, a juicio de Julio Anguita, la clave para entender "los insultos que el señor González y sus adláteres" lanzan contra él. Anguita explicó ayer, en Zaragoza, que su ausencia de la manifestación de Madrid contra el terrorismo -con numerosa representación de la presidencia federal- responde a su criterio de siempre: "ETA no me marca la campaña".

Estaba a gusto. Con ganas de hablar. Julio Anguita, relajado e irónico, llegó a la rueda de prensa y anunció que haría una pequeña intervención para animar a las preguntas. Casi no dejó ocasión a preguntar nada porque él mismo se fue contestando los interrogantes que podían abrir sus palabras.Dijo Anguita que empezaba a "estar sorprendido por el fervor de los ataques que el señor González" le estaba dedicando. A veces, locosamente sorprendido", advirtió, al ver cómo iban lloviendo sobre él los insultos. Pero la sorpresa le ha durado poco.

Anguita ya ha encontrado la respuesta y la razón de esta actitud: "González está preocupado por lo que ocurra después de las elecciones". ¿Y qué puede ocurrir después del 3 de marzo? Lo explicó: pues que el PSOE se encuentre en la tesitura de ser o el PSOE de Felipe González o el Partido Socialista Obrero Español.

Esta Segunda opción no es posible mientras al frente de la organización socialista sigan González y sus adláteres y tengan la misma filosofía y defiendan la misma política. En los esquemas de Anguita, el problema es González. Porque "él ha sido siempre quien ha impedido cualquier posibilidad de acuerdo entre la izquierda".

Y el líder de IU -"perdonen que lo repita de nuevo"- se pierde en un largo historial de agravios, desdenes y desplantes de González hacia su coalición. Desde la plataforma de los 25 puntos a la sorna o el silencio con que González se ha enfrentado a cualquier oferta de negociación. Historias viejas.

Historias viejas que parecen ahora, en plena campaña electoral, recuperar nuevo sentido. "El problema", dijo ayer Anguita, "es que el PSOE se instalará en la oposición". Y a partir de ahí, vino a advertir, junto al PSOE habrá una fuerza que, como un imán, atraerá a esa izquierda que hoy está en las filas del PSOE, en Izquierda Unida, en otras organizaciones o en ninguna parte. Esa fuerza, reflexiona Anguita, puede ser IU, pero puede ser IU y un PSOE regenerado que dé la verdadera batalla a un Gobierno de derechas. Si es que José María Aznar gana, claro.

Trata Anguita de mantenerse al margen de lo que hagan sus adversarios. No fue a la manifestación antiterrorista de Madrid porque a él no le corta ETA la campaña. No hizo la más mínima mención, en su mitin, a las manifestaciones de Madrid y Valencia. Y explica su postura contraria a la ilegalización de HB. Y manda un aviso para navegantes: "Sí tuviéramos que proceder contra todos los que han hecho apología del terrorismo, tendríamos, tal vez, que abrir más el diafragma".

¿Se refiere usted a los que han apoyado a José Barrionuevo? "Por apoyar a alguien no se incurre en apología de terrorismo. Pero ha habido más que apoyos", apunta. Y no dice más. Y, si hay que hablar de batallas electorales de las otras fuerzas políticas, Anguita siempre termina por imponer el condicional. Porque él no entra a más trapos que a los suyos.

Así que, si hay que hablar de lo del vídeo del PSOE, advierte: "Si el vídeo es cómo las secuencias que he visto en un diario, hay qué decir que Goebbels cabalga de nuevo. Pero pongan ustedes ese condicional. Si es cómo lo que he visto".

Es la misma matización que impone al hablar de si se siente dolido por los insultos: "Yo no me ofendo cuando voy al zoo y un gorila me hace algún gesto". Risas entre los periodistas. "Eh, eh, ojo, que ya me veo con ustedes escribiendo que he llamado gorila a alguien. Que les conozco", salta.