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Entrevista:DANIEL GOLEMAN - PSICÓLOGO

"Nuestro cerebro baila"

Daniel Goleman, de 49 años, psicólogo y periodista científico del New York Times, se ha convertido en un autor de superventas con su libro Inteligencia Emocional. Su tesis: quien quiera tener éxito en su vida privada y profesional no sólo debe utilizar su mente, sino también conocer sus sentimientos y utilizarlos óptimamente.Pregunta. Usted afirma que la inteligencia emocional puede ser más importante que el cociente intelectual. ¿Cómo ha llegado a esa conclusión?

Respuesta. Hace un par de años, en Inglaterra, un hombre paseaba a la orilla de un canal. De pronto vio a una niña que miraba aterrada al agua. Antes de poder formarse una idea clara y darse cuenta de lo que pasaba con la niña, se lanzó al canal y salvó a un niño que se estaba ahogando. El hombre se dejó llevar por su inteligencia emocional, que reaccionó más deprisa que la razón.

P. Es lo que se llama empatía.

R. Efectivamente. Pero la inteligencia emocional también supone conocer los propios sentimientos y emplearlos de forma óptima; una persona emocionalmente inteligente sabe casi siempre superar un momento de depresión, es capaz de mantener una actitud optimista y, por ejemplo, seguir rindiendo en su trabajo a pesar de las frustraciones.

P. Parece como si quisiera usted programar a las personas como robots emocionales...

R. Al contrario. No hay sentimientos equivocados. Todos son correctos. Se trata de encontrar un equilibrio, de darse cuenta de que el miedo o la ira tienen muchas posibilidades de expresión, y , de que puede elegirse entre diferentes reacciones.

P. Hasta ahora se consideraba que era sobre todo la inteligencia racional la que fomentaba el éxito en la carrera. Las emociones eran vistas como obstáculo.

R. Lo que está claro es que el cociente inelectual (CI) sólo determina aproximadamente en un 20% el éxito o el fracaso. El restante 80% corresponde a toda una serie de factores que todos pueden mejorar a lo, largo de su vida.

P. ¿Es la expresión "inteligencia emocional" un nuevo engendro lingüístico para describir algo archisabido?

R. El término de "inteligencia emocional" fue acuñado por un colega de Yale. La expresión me gustó porque describe bien el hecho de que algo considerado tradicionalmente irracional, como la emoción, tiene una influencia elemental sobre algo tan pragmático como el éxito. Para que este mensaje fuera tomado en serio necesitábamos datos de la investigación sobre el cerebro que apoyaran la importancia de la inteligencia emocional. En ese sentido todavía hay muchas especulaciones. Pero la neurociencia confirma lo que el sentido común sabía desde siempre.

P. Y ahora la gente se pregunta cuál es su cociente emocional (CE). ¿Cómo se puede medir algo así?

R. Dudo que pueda existir un dispositivo para medir si su CE les más alto que el mío. Si usted lo afirmara, sería un indicio de lo contrario, porque consideraría necesario infravalorar a otra persona.

P. Pero tiene que haber algún tipo de indicador para una inteligencia emocional alta o baja. De hecho, usted reclama pruebas de CE.

R. Ya existen por ejemplo para el componente de empatía del CE. En la Universidad de Washington se filmó a parejas que discutían, midiendo al mismo tiempo su ritmo cardiaco. Luego cada miembro de la pareja observó la grabación y explicó lo que había sentido. Después se pidió a los cónyuges que analizaran los sentimientos de su pareja. Los que eran capaces de sentir empatía hacia su pareja imitaban involuntariamente las reacciones corporales de ésta, y literalmente se identificaban con ella incluso en el ritmo cardiaco. Todas estas parejas tenían relaciones intensas, mientras que las demás se quejaban de problemas graves. El colega que dirigió el experimento predijo con un porcentaje de aciertos del 94% qué parejas se separarían antes de cuatro años.

P. ¿No son inherentemente incontrolables las explosiones emocionales?

R. Nuestro cerebro baila constantemente entre dos impulsos. El impulso emocional dice: quiero partirle la boca a este tipo. La razón dice: no lo hagas, es tu jefe. Normalmente, la razón mantiene a raya a los sentimientos. El circuito emocional sólo rompe la barrera en caso de crisis.

P. Afirma usted que los niveles directivos de las empresas de todo el mundo están llenos de ejecutivos emocionalmente incompetentes. Parece que a ellos no les perjudica.

R. Pero sí a las empresas. Ese tipo de directivos reduce la productividad. No han aprendido a motivar a la gente y a reducir los niveles de fallos, sino que generan temor y frustración.Eso reduce el CI del grupo, es decir, la suma de todos los talentos. El equipo no tiene tanto éxito como podría tener.

P. La empatía, la conciencia del yo, una sensación sana del propio valor, todas estas capacidades se han atribuido tradicionalmente a las mujeres. ¿Tienen las mujeres en general un CE más elevado?

R. En promedio, las mujeres tienen más capacidad de empatía. Por eso suelen ser muy adecuadas para puestos directivos. Pero, a la hora de controlar su estado emocional, a menudo son, peores que los hombres. Si a una mujer le va mal, habla de ello con una amiga, con lo que frecuentemente prolonga su tristeza. Según las estadísticas, las mujeres sufren entre dos y tres veces más depresiones graves que los hombres. Cuando a los hombres les va mal, tienden a buscar distracciones.

P. ¿Qué es lo que hacen?

R. Por ejemplo, montar en bicicleta.

P. ¿Es eso emocionalmente inteligente?

R. A la larga no ayuda, pero sí en el momento. Por otra parte, el que los hombres intenten sistemáticamente eludir los problemas es lo que hace que haya tantos alcohólicos varones.

P. ¿Ha terminado la era analítico-cognitiva?

R. En absoluto. Sólo tenemos que añadir el corazón.

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