Guardia civil sobre fondo negro
El agente que descubrío en Arco una obra robada en un asesinato cuenta cómo le guió su pasión por el arte
Al guardia civil Joaquín Palacios, de 37 años, natural de Aranjuez, el crimen le abrió las puertas del arte. Una pasión que el pasado día 8 le llevó a descubrir, mientras paseaba por la feria de arte contemporáneo Arco 96, el dibujo Figura abstracta bailando, una obra de su adorado Julio González que había sido robada dos años antes por los asesinos del grabador Abel Martín, precisamente el caso que él había investigado y que le había introducido en el mundo de la pintura -"antes no me interesaba nada", dice- El hallazgo, que ha abierto nuevas líneas de trabajo policial, conmocionó al investigador de homicidios: "Me sobresalté entero". Una emoción casi más estética que policial.Cuando en agosto de 1993 se descubrió el cadáver de Abel Martín, íntimo colaborador y heredero del artista Eusebio Sempere, el Grupo de Homicidios de la 112ª Comandancia se dio cuenta de que los asesinos se habían llevado una decena de dibujos y dos esculturas de Julio González, que no habían sido inventariados. Al constituir estas obras la principal pista, Palacios se dedicó con ahínco a identificar las. Fueron meses de trabajo, en los que conoció a los amigos de Martín y Sempere y se adentró en el laberinto del arte. Poco a poco, este agente, con 18 años de servicio, su frió una inesperada transformación. "Yo no había ido más que una vez a una exposición. Me acuerdo, por ejemplo, que al principio de la investigación llevamos a los expertos del Reina. Sofía un di bu o de Julio González. Me preguntaron por el passe-partout [so porte de cartón que recuadra la imagen enmarcada]. No supe de qué me hablaban", rememora Palacios, quien, vestido con chaqueta cruzada, ha querido que la entrevista se celebre en el Museo Castellana -bajo el puente de Juan Bravo-, un lugar ideado por Eusebio Sempere, donde hay obras de Julio González, Chillida...
La investigación permitió al agente identificar las obras robadas e incluso localizar a un amigo de la víctima que había hecho unas fotografías caseras en las que aparecía el dibujo Figura abstracta bailando. Desde entonces, a cada exposición que acudía, a cada nuevo galerista que conocía les preguntaba por ellas. Una "obsesión maravillosa" que crecía en paralelo a su conocimiento del arte. Primero, la abstracción contemporánea, luego el figurativismo... Su gusto se refinó. Mompó, Gerardo Rueda, Sempere. "Hay obras que me emocionan, otras, como las de Tápies o Saura, son demasiado fuertes para convivir con ellas", reconoce con modestia, y añade: "Parece una contradicción unir la frialdad que requiere la investigación, de cualquier homicidio con el acercamiento al arte. Pero mi experiencia me muestra que no es así". De hecho, ambas pulsiones dieron como fruto el descubrimiento en Arco del dibujo, valorado en 5,5 millones de pesetas y expuesto en la prestigiosa galería Waddington. Al día siguiente acudió con sus compañeros a la galería, donde les ayudaron a retirar la obra, que fue trasladada al Reina Sofía. Palacios, ahora, prosigue en busca de otras obras de arte.
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