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Scalfaro disuelve el Parlamento y convoca elecciones en Italia para el 21 de abril

Por fin, la noticia es firme. Tras meses dio dudas, negociaciones tortuosas y proyectos de reforma constitucional fallidos, el presidente de la República de Italia, Oscar Luigi Scalfaro, disolvió ayer las cámaras y convocó elecciones generales para el próximo 21 de abril. La convocatoria no estuvo, sin embargo, acompañada de mensaje alguno orientado a subrayar la solemnidad de ese momento esencial de la democracia que son los comicios. Scalfaro era contrario a que se llegara hasta este extremo, porque teme que las urnas vuelvan a dar un Parlamento bloqueado como el actual.

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Los sondeos muestran que entre el Polo de la Libertad, la coalición de centro derecha, y del Olivo, el bloque del centro izquierda, tiende a haber un equilibrio aproximado de fuerzas con alguna ventaja del primero que no sería suficiente para poder formar un Gobierno estable.La Liga Norte sigue emergiendo de esos estudios como la fuerza decisiva, pero las propuestas provocadoras y el separatismo de ese partido suscitan la desconfianza de los dos bloques. Por todo ello, estas elecciones generales, que se celebran tres años antes del plazo previsto, no parecen tampoco una receta segura para que Italia salga del atolladero en el que se encuentra.

Los partidos organizan sus fuerzas y se disponen: a luchar por la victoria. Todos tiene problemas al cabo de los 14 meses en que el Gobierno ha tenido que ser dejado en manos de técnicos, dada la incapacidad del Parlamento para sostener un Gabinete político. La mayoría de los partidos habían expresado su rechazo a una convocatoria anticipada a las urnas.

Gianfranco Fini, el líder de Alianza Nacional (AN), al que se debe en una medida considerable que las elecciones hayan terminado por resultar inevitables, despejó ayer una primera incógnita al asegurar que el candidato a primer ministro del Polo seguirá siendo el líder de Forza Italia, Silvio Berlusconi.

A ese tema se refirió la primera pregunta precisa que Fini, único político italiano en crecimiento de votos según los sondeos, recibió cuando salía de la reunión celebrada por la dirección de su partido. "No hemos tocado el tema, pero emplearemos pocos minutos cuando se plantee. El candidato será Berlusconi", declaró sin titubear.

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El declive del líder de Forza Italia está directamente relacionado con sus problemas judiciales. El actual proceso por corrupción que se le sigue en Milán es sólo el primero que llega a puerto entre varias diligencias que incluyen. también una investigación por presunta financiación ilegal del ex líder socialista y ex primer ministro Bettino Craxi, actualmnente fugado en Hamamed (Túnez).

Tras las elecciones que el líder de Forza Italia ha tratado de aplazar por todos los medios, los casos seguirán pendientes de sentencia, y, aunque Berlusconi resultara vencedor en los comicios, no se entiende cómo el presidente de la República podría encargar la formación del Gobierno a un dirigente susceptible de ser condenado en breve plazo.

En medios políticos se ha dado por seguro que el. líder de AN promovería otra personalidad, como la del ex presidente de la República, Francesco Cossiga, para aglutinar la imagen del Polo. Fini, primer responsable del fracaso de la negociación intentada por Berlusconi para retrasar los comicios, tiene ahora más peso en el centro derecha que su principal aliado. Pero debido a que ha pasado sólo un año desde que su grupo abandonó el neofascismo, no está en condiciones de proponerse todavía como candidato a primer ministro.

No obstante, Fini es hoy ja voz del Polo y el encargado de las gestiones delicadas. El jueves por la noche, por ejemplo, se entrevistó con Lamberto Dini para pedirle que no concurra como candidato del centro izquierda a los comicios. Fini es el responsable de que Dini hubiera de reiterar, hace tres semanas, la dimisión que había presentado a Scalfaro el pasado 30 de diciembre. Las relaciones entre los dos personajes no son, por ello, excelentes.

Gobierno neutral

El Polo sostiene ahora que el presidente del Gobierno con el que se llegue a las elecciones debe ser neutral, y no puede tomar partido. Dini pretende seguir dirigiendo el Gabinete, y prueba de ello es que ayer mismo nombró a Vincenzo Caianiello y Mario Arceli, ministros de Justicia y Presupuestos, respectivamente. Ambas carteras estaban vacantes desde hace meses.Por su parte, el presidente de la República se abstuvo de rechazar la dimisión presentada hace semanas por Dini, paso habitual para dejar claro que el Gobierno se mantiene en plenitud, con toda la facultad para dictar decretos, y no simplemente en funciones. El posible que el silencio de Scalfaro sea una puerta a la sustitución de Dini si éste se decide a competir por un escaño.

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