La juez decide por fin que se haga una segunda autopsia al cuerpo de Susana
La juez Ana Ferrer ha dado orden para que se exhume el cadáver de Susana Ruiz -la chica de 16 años hallada muerta en 1993 en un descampado del barrio de San Blas- y se le practique una segunda autopsia. El nuevo examen del cadáver -suplicado por la familia desde hace años- se efectuará en Madrid, el próximo día 29 y en él intervendrán el director del Instituto Anatómico Forense; los forenses que practicaron la anterior autopsia (Mariano Perea Folgueras y Manuel García Nart), y el catedrático de Medicina Legal de Sevilla Luis Frontela, propuesto por la familia de Susana. El cadáver será trasladado a Madrid desde Palacios de la Sierra (Burgos), municipio de donde es originaria la familia.En el auto, que ocupa nueve folios, Ferrer repasa con detalle toda la actividad desarrollada por su juzgado en este caso. Y razona que ha decidido autorizar una segunda autopsia a pesar de que ninguno de los datos surgidos tras el sobreseimiento de las diligencias tiene consistencia como para creer que en la muerte de la chica medió violencia. No obstante, justifica la práctica de la nueva autopsia porque "la familia lo ha solicitado y ante la posibilidad", explica, "de que cualquier nuevo dato pueda contribuir a un mejor esclarecimiento de los hechos".
La decisión de hacer una segunda autopsia se produce tras recibir la juez, el pasado 25 de enero, un informe del forense sevillano Luis Frontela en el que indica que la chica fue estrangulada. "El fallecimiento de Susana Ruiz", explica, "fue debido a asfixia mecánica por estrangulación a mano, y su muerte, en consecuencia, homicida". Frontela interviene en este caso en nombre de la familia Ruiz.
Antes de decidir la exhumación del cadáver, la juez Ferrer explica en su auto que remitió el informe de Frontela a los forenses que practicaron la primera autopsia y a todos los organismos oficiales que intervinieron en ella. Quería conocer su opinión. Todos han contestado ya.
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Satisfacción
La familia rechaza que participen en la segunda autopsia los forenses que hicieron la primera
El abogado de la familia, Hermenegildo Pérez Bolaños, expresó ayer la "satisfacción" que embargó a los padres al conocer la noticia. No obstante, recordó: "El juzgado ha tardado tres años en darnos la razón sobre la necesidad de que se practicase una segunda autopsia".Pérez Bolaños, sin embargo, no está de acuerdo en que intervengan en el nuevo análisis los forenses García Nart y Perea Folgueras, "pues son los mismos que practicaron la primera y no pudieron determinar las causas de la muerte. Y, además", dijo, "son parte; y no actuarían con imparcialidad porque tendrían que desdecirse".
El informe que remitió Frontela a la juez el 25 de enero, basado en un análisis científico sobre fotografías tomadas al cadáver, indica que, "verosímilmente", la muerte de Susana se produjo por estrangulamiento. Y pide otra autopsia "para poder pronunciarnos a este respecto con total objetividad", señaló.
El enigmático caso de Susana Ruiz se cerró por primera vez en julio de 1994 por entender la juez Ferrer, basándose en el dictamen de la autopsia, y en otras muchas pruebas judiciales practicadas, que la muerte de Susana se debía a causas naturales. En concreto, la autopsia concluía que Susana murió de una parada cardiaca en la que confluyeron un edema de pulmón, la ingesta de sustancias tóxicas y el frío que pudo sufrir la noche del 9 de enero, cuando se la vio por última vez con vida. El cadáver de Susana fue descubierto a unos 400 metros de un caserón deshabitado del barrio de San Blas. Susana y otros jóvenes habían celebrado allí una fiesta de cumpleaños.
La versión oficial indica que se marchó a las tres de la madrugada del caserón y que la muerte le sobrevino cuando, a mitad de camino, se detuvo para hacer sus necesidades. Ello explicaría que la chica fuese hallada con las bragas y los pantalones bajados a la altura de las rodillas. Un rastreo masivo de la zona -con perros y otros medios policiales- no sirvió para hallar el cadáver. Finalmente, fue encontrado 45 días después de la desaparición de la chica por unos trabajadores que allanaban un camino de tierra. Estaba semienterrado en unos escombros, de los que sobresalía de cintura para arriba. La tesis del letrado de la familia es que Susana fue asesinada en un sitio distinto de donde fue hallado su cadáver, y que alguien lo trasladó allí.
El caso de Susana se reabrió al tener conocimiento el juzgado de una grabación en la que un ex miembro de la tribu urbana Bases Autónomas, José Alberto Zamorano, atribuía la muerte de la muchacha a las actividades de este grupo ultraderechista.
Tras un año en paradero desconocido, Zamorano prestó declaración ante la juez y aseguró que no sabía nada de Susana; y que lo dicho en la grabación lo había oído en Telemadrid.
Casi paralelamente trascendió que la juez había citado a un interno de la cárcel de Guadalajara, también ex miembro de Bases Autónomas, Antonio Moreno Piqueras. Moreno, de 22 años, confesó el pasado enero a la juez que vio cómo dos personas, hijos de "un alto cargo de la policía y de un político", estrangulaban a Susana. Moreno, que incurrió en contradicciones, situó la muerte de Susana en un descampado, también del barrio del San Blas y distante dos kilómetros del lugar donde lo ubica la versión oficial.
En el extenso auto dictado ayer para autorizar una nueva autopsia, la juez Ferrer repasa los datos y testimonios en los que se basó en su día para dar por concluida la investigación y en los que se basa hoy para seguir creyendo que el fallecimiento de Susana se debió a causas naturales.
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