Bangladesh celebra hoy las elecciones más conflictivas de su historia

Lejos de acabar con los dos años de bloqueo político en que se encuentra sumido Bangladesh, las elecciones que hoy se celebran en este país islámico de 120 millones de habitantes pueden dejarle nuevamente en manos de los militares. La rivalidad que enfrenta a la primera ministra y líder del conservador Partido Nacional de Bangladesh, Jaleda Zia, y a la jefa de la oposición y de la liga Awami, Hasina Wajed, ha imposibilitado cualquier acuerdo para resolver la crisis. Zia se presenta casi en solitario a unos comicios boicoteados por la oposición. En medios diplomáticos se espera que acudan a las urnas tan sólo del 10% al 12% de los más de 50 millones de electores. Dhaka, la capital, amaneció ayer tomada por el Ejército y las fuerzas policiales que, protegidos por sacos terreros y armados (le ametralladoras, tienen su puestamente la misión de permitir el desarrollo pacífico de los comicios. Pero en un país acostumbrado desde su independencia de Pakistán, en 1971, a los inagnicidios -Hasina es hija del asesinado presidente Mujibur Rahman y Jaleda, esposa del también asesinado presidente Ziaur Rahman- y a los golpes de Estado, poco extrañaría que la bota castrense diese nueva mente un paso para imponer su orden. Anoche fracasó el último intento de alcanzar un acuerdo sobre las elecciones entre "la viuda y la huérfana", como son conocidas popularmente. Hasina Wajed acusa a su rival de dirigir un Gobierno "incompetente y corrupto" que no tiene legitimidad para estar al frente del país durante el proceso electoral y exige su dimisión y sustitución por un Gobierno neutral. Jaleda Zia señala que tras la disolución del Parlamento, en noviembre pasado, la Constitución le otorga poderes para convocar los comícios. La intransigencia de ambas ha colocado al país al borde del caos.