"Hay que hablar con el PSOE"

Cristina Almeida, ahogada, de 51, años, es una de las candidatas de Izquierda Unida con mayor aceptación social. Se alinea con la corriente crítica Nueva Izquierda.Pregunta. ¿Dónde reside el gancho popular de Cristina Almeida?

Respuesta. Hay muchas personas que no me van a, votar nunca, pero perciben en mi actuación una forma de entender la política muy ligada a la cotidianidad. Yo me manifiesto políticamente en todo lo que hago, en mis relaciones, en mi trabajo, incluso en mis ligues, porque entiendo la política como un compromiso para transformar la vida. Pero eso no lo apostamos me pasa a mí solo, hay otras muchas por el diálogo mujeres,que, se manifiestan de o nos forma similar.

P. ¿Cómo les ha ido a las mujeres en los 13 años de gobiernos socialistas?

R. Valoro las acciones en posit-vo para conseguir la igualdad, porque creo que se ha cambiado el panorama. Sin embargo, creo que aquí ha habido menos voluntad que en otros países europeos por modificar a fondo los engranjes sociales, que es la clave del asunto. Además, el posibilismo ha retardado cambios importantes. La reforma de la p ley del aborto es un caso claro en este sentido.

P. ¿Tiene alguna idea para resolver la crisis de la izquierda?

R. Soy tan optimista que no creo en una crisis de la izquierda, sino de los comportamientos de la izquierda. Los valores de la izquierda permanecen, porque tienen que ver con el avance en la realización de los valores del ser humano, pero determinados comportamientos suponen renuncias ideológicas esenciales. Por ejemplo cuando Luis Roldán. se inventa no sé cuántos títulos universitarios, ya está renunciándo a cosas esenciales de la izquierda, porque está asumiendo la cultura del aparentar y no la del ser. La guerra sucia implica también renuncias ideo lógicas previas muy importan tes. La crisis de la izquierda comienza cuando se actúa en política para mantenerse en el poder y no para transformar la sociedad.

P. Julio Anguita se refiere al sorpasso (adelantar electoralmente al PSOE) como un medio de regenerar la izquierda española, ¿usted qué opina?

R. En esa formulación, hay una parte que me gusta y otra que no. Me quedo con la idea de que nuestras ideas deben avanzar, ya que son buenas para la sociedad. Pero rechazo lo que pueda suponer de exclusividad. Por ejemplo, el sorpasso en Málaga no tiene por qué significar la mayoría absoluta. A veces en IU no analizamos debidamente los resultados de nuestra política. Parece como si nos faltara confianza en nuestras posiciones; o dicho de otra forma,. nuestro proyecto es bueno, pero a veces no tenemos buenos exponentes.

P. IU empieza a modular su mensaje en relación a un diálogo con el PSOE, ¿hasta dónde están dispuestos a llegar en ese acercamiento?

R. Hasta donde debería haberse llegado siempre. En IU se ha ido imponiendo, la idea de que o bien apostamos por el diálogo o nos quedaremos permanentemente en la oposición, cuando la gente quiere que estemos unidos en el gobierno. De todas formas debo aclarar que, por la otra parte, la mayoría. absoluta del PSOE ha sido muy negativa. El Gobierno la transformó en absolutismo con nosotros y con todos los demás, despreciando el diálogo. Ahora existe una posibilidad de sentarnos a discutir qué podemos hacer juntos. Hay que dialogar con el PSOE.

P. ¿Piensa que esta posición es asumida por la dirección actual de Izquierda Unida?

R. Es una realidad obvia. En caso contrario, ¿para qué sirven nuestros votos? ¿O es que estamos esperando a conseguir la mayoría absoluta para formar Gobierno? En la coalición tenemos a veces un sentido muy sectario -que, por cierto, no sé de dónde nos viene- que hace que nos comportemos de forma autodestructiva.

P. ¿Le preocupa más un futuro Gobierno de Aznar o los errores pasados de González?

R. Pues las dos cosas. Me preocupa en Aznar esa sublimación del mercado, de lo individual. Pero también son muy importantes los errores del PSOE. Este país no es ni tan rojo como a nosotros nos gustaría ni tan de derechas como ahora lo quieren hacer. Lo que ocurre es que González ha generado mucha desilusión. Quizá nuestro error ha sido no saber atraer todo ese -voto descontento.

P. ¿Se siente parte de la famosa pinza?

R. En la oposición se tiende a coincidir con los otros grupos que no están en el Gobierno. Podemos, por ejemplo, coincidir con el PP votando no a una ley por razones completamente distintas. Pero aquí las coincidencias programáticas se dan entre otros, eso no debe olvidarse.

P. ¿Considera bueno el sistema de listas abiertas?

R. Me parece importante desbloquearlas, permitir a la gente que opte entre las posibilidades que ofrece cada partido.