Tablero
A los jugadores: llegado el momento de verse las caras y medirse sobre el noble y sagrado terreno de juego, con el eterno rival del noreste, espero de esta joven, fuerte, valiente, sacrificada y millonaria plantilla, la observancia de todas y cada una de las estrategias, regates, derroches físicos y hondura moral, que tan trascendente enfrentamiento requiere.De todos es sabido que un Madrid-Barça es mucho más que un partido de fútbol; y, aunque, como en esta ocasión, nosotros nos juguemos bastante menos que ellos, la importancia que tiene y lo que supone vencer al rival culé está por encima incluso de la propia clasificación.
Algunos de vosotros, mis aguerridos atletas, tendréis ligeras dudas acerca de las consecuencias de este choque; y yo, chavales, tengo la suprema obligación de ayudaros a despejarlas.
¿Nos interesa ganar? ¡Siempre! Ganar por encima de todo, ganar como sea, ganar en el Camp Nou incluso de penalti y en el último minuto. Ganar, ganar.
¿Qué ganamos ganando? Ganamos dinero, tela, pasta, parné. Ganamos confianza, prestigio, credibilidad y paz. Paz en la calle, en la institución y en el vestuario. ¡Ah ... !: autopista hacia la Copa de la UEFA.
¿Y la Liga? La Liga para el Atlético. Favor de vecino. Será ésta la primera vez en mucho tiempo que la totalidad de la afición colchonera nos esté apoyando, cantando nuestros goles, animando vuestro exquisito juego y hablando bien de todo lo nuestro. Resulta enternecedor. Pensar que podemos ser la causa principal de la felicidad, largos y abundantes lustros, buscada por los vecinos del río, emociona.
Y de esa emoción, qué queréis que os diga... Es una experiencia insólita para todos, ya que ninguno ha vivido algo tan glorioso, tan improbable (estadísticamente hablando) y tan difícil de llevar a cabo. Vencer al Barça en su feudo es como llevar a tu habitación a la mujer de tus sueños y, además, hacerla feliz.
Chicos, millones de personas esperan que déis lo mejor de vosotros, que os comportéis como auténticos hombres, que sudéis la gloriosa camiseta alba, que convirtáis el simple juego en algo procomún y que déis al aficionado lo que más desea: una lección de orgullo.
La entidad sabrá premiarlo y valorarlo, yo también. Pero para conseguir tan magna hazaña es necesario más que palabras. ¡¡Planteamientos!! Estrategia y técnica. Para hoy éste es el lema: juego raso y patada a la ceja.
El entrenador.
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