El parón del apeadero de Madrid-Sur aviva el conflicto de los autobuses

Hay en el Puente de Vallecas (218.000 vecinos) un enfado monumental por los cambios en la red de autobuses del barrio, que alteran 10 líneas de un total de 20. Anoche se manifestaron 900 vecinos (a tres personas por metro cuadrado, los restantes ocupaban 300) para denunciar, por ejemplo, que la línea 57 de la Empresa Municipal de Transportes se queda ahora en Atocha, cuando antes llegaba a Tirso de Molina. Además, el nuevo barrio de Madrid-Sur (15.000 vecinos), aunque han ganado una nueva línea, la 136, espera desde septiembre pasado, una estación de Renfe en la zona.

La obra de la estación ferroviaria, que los vallecanos no se acostumbran a llamar de otra forma que no sea apeadero, está parada desde hace meses porque la empresa adjudicataria, Austral, ha suspendido pagos. Sin embargo, según explica el director general de Infraestructuras de la Consejería de Transportes, Manuel Melis, la firmase ha comprometido a terminar este encargo en la segunda quincena de abril.La anterior Administración socialista, adjudicó la obra civil y de electrificación de la estación, que definitivamente se llamará El Pozo (por el del Tío Raimundo) en abril de 1995.

Precisamente, la necesidad de dotar de transporte público a Madrid-Sur ha motivado la reestructuración de la red de autobuses de la EMT. Los cambios también se fraguaron por la extensión de la línea 1 del metro hasta Miguel Hernández. En 1994, el Consorcio Regional de Transportes planteó a los vecinos que la ampliación del subterráneo permitía reducir las líneas de autobuses.

Finalmente, según han manifestado las 14 asociaciones de vecinos convocantes, de la manifestación de ayer, la reforma de la red se ha efectuado sin su consenso. La concejal del distrito, Eva Durán, del Partido Popular, afirma que la Plataforma Unitaria (que reúne asociaciones de vecinos de tendencia socialista) sí pactó algunos cambios. Dicha aseveración, reiterada en los últimos días, ha conducido al movimiento vecinal vallecano (además de la plataforma) a decir que miente. Y también a tacharla de antidemócrata, ya que anteayer suspendió el pleno de la junta porque 200 vallecanos acudieron para hablar del conflicto.

La revuelta por el transporte público desencadenada hace 15 días desembocó en la manifestación de ayer, no todo lo multitudinaria que se deseaba. "Se va a reír la concejala de nosotros", comentaba por este motivo Enrique Sáez, fotógrafo de 52 años.

Las variaciones en la red más contestada son la fusión de las líneas 102 y 112, el recorte de la 57 y el hecho de que la nueva línea de Madrid-Sur llegue a Pacífico y no al hospital Gregorio Marañón y a Manuel Becerra.