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Entrevista:SHOLKO SCHALM - COORDINADOR EUROPEO EN HEPATITIS

"Todos los niños y jóvenes deberían vacunarse contra la hepatitis B"

"La hepatitis B es junto al sida, una de las enfermedades de transmisión sexual más graves y frecuentes y, por eso, todos los niños y jóvenes deberían vacunarse", afirma Sholko Schalm, jefe de la Unidad de Hepatología del Hospital Universitario de Rotterdam (Holanda). Schalm, presidente de EUROHEP, el organismo europeo de investigación de hepatitis virales, visitó Madrid la pasada semana para participar en el VII Simposio Internacional sobre Hepatitis Virales. Schalm cree que, en los últimos anos, se ha vuelto a relajar el nivel de precaución en el coportamiento sexual. En su opinión, dos factores son indispensables para un buen control: un menor coste de la vacuna antihepatitis B y una información constante en las escuelas.Pregunta. ¿Cuál es el nivel d control contra las hepatitis virales en la actualidad?

Respuesta. Uno de los factóres más importantes, sin duda, para un buen control de estas enfermedades es que tanto los jóvenes cómo el personal sanitario dispongan de una buena información sobre los riesgos de contagio. En segundo lugar, es fundamental el comportamiento sexual. Cuando empezaron a conocerse bien las vías de transmisión del virus del sida, se modificaron derterminadas costumbres sexuales para incrementar la seguridad, pero esta precaución se está empezado a relajar otra vez. Por ello es crucial insistir constantemente, en las escuelas, en las campañas públicas, sobre este aspecto para evitar riesgos.

P. ¿Se aplican suficientemente las vacunas conocidas?

R. En mi opinión, todos los niños y jóvenes deberían vacunarse contra la hepatitis B, porque, junto al sida, es la más importante enfermedad de transmisión sexual, a diferencia de lo que ocurre con la hepatitis C, cuyo riesgo en este sentido es muy bajo. La hepatitis B es extremadamente contagiosa y tiene casi un 100% de probabilidades de transmitirse por una relación sexual. La vacuna es extraordinariamente efectiva y sus efectos secundarios son muy escasos. Por eso, debería debatirse públicamente y negociarse con los laboratorios su coste, porque debería ser mucho más bajo.

P. ¿Se sabe lo suficiente sobre las vías de transmisión de la hepatitis C?

R. Yo creo que, para averiguar exactamente cómo se transmite -fundamentalmente por la sangre-, debería estudiarse, sobre todo, en aquellos países, como Irlanda o Noruega, donde su incidencia es muy baja. En Japón o Italia, donde la incidencia es mayor, no es extraño que puedan descubrirse casos aparentemente relacionados con la transmisión sexual.

P. ¿Se seguirán descubriendo nuevos virus de la hepatitis?

R. Los pacientes sobre los que se ha trabajado son los que están infectados por virus que no son ni A ni B. En los últimos diez años, hemos descubierto que de estas hepatitis agudas, el 95%se debían al virus C. Esta es la causa más importante de las hepatitis graves. Por lo tanto sólo un pequeño número de hepatitis con síntomas graves se deben a otros posibles virus. Por otra parte parte, de los infectados tras una transfusión, de cada 80 personas con virus noA-noB, 25 estaban infectados por el virus C. Existe pués, todavía, una porción de agentes que se transmiten por la sangre, que desconocemos, pero probablemente con un significado clínico y con síntomas de poca relevancia a largo plazo.

Vivir más y mejor

P. ¿Qué repercusiones, entonces, pueden tener esos otros virus desconocidos en el organismo?

R. Hay muchos que es posible que solamente afecten de forma muy ligera al hígado y luego, probablemente, desaparezcan. Son seguramente más numerosos que los que sí pueden dañar gravemente el hígado. Sólo un pequeño número de hepatitis con síntomas clínicos graves y relevantes se deben a virus que no conocemos.

P. ¿Todos estos virus distintos estaban ya en la naturaleza o proceden de mutaciones ocurridas con el tiempo o por el contacto con el organismo humano?

R. Posiblemente existen muchas más mutaciones de las que creemos produciéndose constantemente, pero la mayoría de ellas no sobreviven, porque son inmediatamente combatidas por el sistema inmunológico. En realidad, para sobrevivir, un mutante de un virus tiene que ser muy astuto. Pueden ser, tal vez, la causa de que algunos pacientes evolucionen de forma poco esperada, pero la mayoría están contagiados por los virus originales. Creo que es improbable que los nuevos virus sean mutaciones de otros.

P. ¿Cuál es la calidad de vida de los enfermos?

R. Un gran porcentaje de enfermos pueden ser asintomáticos. Y los más graves pueden vivir más y mejor. El mayor riesgo es un fallo hepático o el desarrollo de un cáncer. Sin embargo, los antivirales pueden disminuirlo de forma considerable. Existe, además, la posibilidad de un trasplante. Hace diez años sólo eran posibles en un 30% de los casos. Ahora, lo son entre el 80% y el 90%.

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