La sangre etíope se rebela en Israel
"No usar, donante de Etiopía". La etiqueta del Banco de Sangre de Israel no podía ser más hiriente para los judíos etíopes, que han visto cómo sistemáticamente su sangre era despreciada. Miles de judíos etíopes -la mayor parte de los cuales fueron llevados a Israel en una espectacular operación a mediados de la pasada década-, hartos de ser menospreciados en su país de adopción, llevaron ayer su violenta protesta a las puertas de la casa del primer ministro, Simón Peres. Medio centenar de personas resultaron heridas en la batalla campal con la policía.Peres se disculpó ante una delegación de los manifestantes con el argumento de que no tenía noticias de las prácticas discriminatorias del Banco de Sangre de Israel. El banco justificaba su desprecio por la sangre de estos judíos negros a causa de los estragos del sida en África. El ministro de Sanidad se encargó de avivar la hoguera al asegurar que la tasa de infectados con sida era entre los judíos etíopes 50 veces más alta que en el resto de los israelíes.
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