Miles de personas exigen en Bilbao el cese de la violencia y el fin de los secuestros

Bilbao fue ayer un clamor por la paz. Más de 20.000 personas desfilaron por las principales calles de la capital vizcaína convocados por el grupo pacifista Gesto por la Paz para exigir una vez más la paz y el fin de la violencia de ETA. Todos los partidos del Pacto de Ajuria Enea apoyaron una marcha multitudinaria y silenciosa en la que se pidió a ETA la liberación sin condiciones del empresario guipuzcoano José María Aldaya y del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, secuestrados desde hace 265 y 11 días, respectivamente.

La ciudadanía vasca, que ayer tomó de nuevo la calle con el lazo azul pegado a la solapa, cree que la paz y la reconciliación es posible si se superan "los abismos de incomunicación mediante la fuerza de la tolerancia" y si se libera "a la política de la trampa de la violencia" y se permite "la libre confrontación de todas las ideas sin la amenaza y el apoyo de las armas", según el comunicado que se leyó al concluir la manifestación.La respuesta a la exhibición de fuerza desplegada por ETA y sus satélites políticos llegó desde la tolerancia, desde el discurso positivo de la reconciliación. Más de 20.000 personas recorrieron las principales calles de la capital vizcaína. Fue una marcha multitudinaria, aunque secundada por menos personas que la de 1995. El año pasado la manifestación se celebró cinco días después de ETA convulsionara a la sociedad vasca con el asesinato del portavoz del PP en el País Vasco, Gregorio Ordóñez.

Los asistentes portaban lazos azules y una pegatina amarilla con el cartel de la manifestación. "¿Quiere usted un lazo azul?. Con esta pregunta, numerosas militantes del grupo pacifista se dirigían a la población para que denunciara el doble secuestro de Aldaya y Ortega Lara colocándose el distintivo azul.

Una gran pancarta con el lema en castellano y en euskera Tolerancia para la paz abrió la marcha, que comenzó a las 17.30 del Sagrado Corazón de Jesús. Inmediatamente después se desplegó una gran bandera azul tejida con los retales que los ciudadanos han ido cosiendo durante las últimas semanas en las concentraciones de Gesto por la Paz.

Los ciudadanos dijeron ayer que no quieren que nadie asesine, extorsione ni aterrorice en su nombre. Pero también se adhirieron a la exigencia de clarificar las "actividades delictivas del terrorismo de Estado", se hayan cometido en la época del PSOE o de la extinta UCD.

Minutos antes de que la comitiva echara a andar, el lehendakari, José Antonio Ardanza, manifestó que la tolerancia "puede ser uno de los caminos para alcanzar la paz" y dejó claro que lo que no creía era en "la privación de la libertad, como derecho fundamental, para la consecución de ningún tipo de objetivo político por mucho que esos objetivos políticos, para quienes los defienden, puedan ser muy legítimos. Cualquier objetivo, por muy legítimo que pueda ser, queda totalmente adulterado y deslegitimado si los métodos que se utilizan para conseguirlos son métodos deslegitimadores, como creo que se está produciendo en este caso con estos secuestros".

Políticos de todo el arco político, a excepción de HB, acudieron a la marcha. Entre ellos lñaki Anasagasti (PNV), Carlos Iturgaitz (PP), Andoni Pérez de Ayala (IU), Rodolfo Ares (PSE-EE), Pablo Mosquera (UA), los gobernadores civiles de Vizcaya y Álava, y el ararteko [defensor del Pueblo vasco], Xabier Markiegi.

Gesto se dirigió a ellos en el comunicado final para exigirles que garanticen los derechos humanos de todas la personas y pidió la plena colaboración a las instancias judiciales, políticas y policiales para esclarecer los crímenes de los GAL. Los portavoces del grupo pacifista intentaron sacudir a los congregados frente al edificio consistorial. "La paz es una tarea de todos, un reto histórico que se nos plantea a los vascos del finales del siglo XX", dijeron.