Rafael Vera opina que su situación "no ha cambiado sustancialmente"

Rafael Vera, que insistió ayer en su "plena inocencia", cree que su situación "no ha cambiado sustancialmente ni en el plano moral ni en el jurídico", y que ahora, tras haber sido procesado por un nuevo delito de relación con banda armada, está "igual que antes". Los cargos que ya pesaban sobre él eran por presunta malversación de caudales públicos, detención ilegal de Segundo Marey y cuatro delitos monetarios.El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón procesó a Vera el 18 de abril del año pasado por estos últimos delitos, pero no por su presunta relación con banda armada. En cambio, Garzón ya había apreciado en esa fecha indicios de "pertenencia a banda armada" contra Julián Sancristóbal, Ricardo García Damborenea, los policías Miguel Planchuelo, Julio Hierro y Francisco Sáiz Oceja, así como en los ex policías Francisco Álvarez Sánchez, José Amedo y Michel Domínguez. Según Garzón, varios de ellos formaron "una organización contraterrorista que utilizaría idénticos métodos ilegales" que ETA para responder" a esta banda.

El ex secretario de Estado para la Seguridad se muestra tranquilo, pese al agravamiento de su situación procesal, hasta el extremo de que incluso ve un lado positivo en la decisión del magistrado Eduardo Móner: que éste haya rebajado a 15 millones de pesetas la "descomunal" fianza de 200 millones que le impuso la Audiencia Nacional.

Vera no desea opinar sobre los entresijos de la investigación judicial del caso GAL por creer que hoy es imposible hacer un análisis jurídico puro por la "nebulosa política" que la envuelve. Pese a todo, aparenta estar tranquilo y confía en que acabará quedando a salvo su inocencia.

El ex número dos de Interior se trasladó ayer tarde a Madrid para visitar en su domicilio a Barrionuevo, al que calificó de "un gran patriota". Vera se limitó a explicar a los periodistas: "He venido a ver a un compañero y amigo y a solidarizarme con él".Partida en campo judicial

Fuentes próximas al ex secretario de Estado consideran que a éste se le equipara con el ex ministro José Barrionuevo en todo el caso por oscuras razones. Los mismos medios señalan que se está jugando en el campo judicial una partida que tiene un transfondo netamente político.

Entre los antiguos responsables de Interior hay temor a que el Tribunal Supremo pueda ser también objeto de diversas presiones y que a los presuntos implicados en el caso GAL "se les juzgue políticamente".

Varios de los ex mandos de Interior señalan que les ha sorprendido el procesamiento dictado ahora por Móner, ya que creían que no se produciría hasta después de las elecciones del 3 de marzo. Estas mismas personas pronostican que los escándalos irán en aumento durante la campaña electoral para "liquidar" a Felipe González.