Sin objeción a las catástrofes

A los objetores de coniencia que cumplen la prestación social en el Servicio de Protección Civil de Móstoles (199.400 habitantes) les entusiasman las situaciones límite. Tanto que se han convertido en especialistas del diseño de respuestas rápidas ante catástrofes y graves siniestros.Después del éxito obtenido con los programas de evacuación en los colegios para casos de incendio o amenaza de bomba -simulacros espontáneos incluidos-, ahora han vuelto a ser el centro de atención de la ciudadanía y los políticos con un plan de realojamiento de la población que se aplicaría ante supuestos terremotos, explosiones de gas en cadena, derrumbamiento de edificios e incluso desastres provocados por huracanes. La idea de disponer de un decálogo de actuaciones en caso de desastres de gran magnitud surgió de los propios responsables municipales de seguridad, hace un año. Enseguida, los jóvenes recogieron ese guante y comenzaron a trabajar a fondo. Los conocimientos de dos licenciados en Física, de 26 y 27 años, se mezclaron con los de un arquitecto y un informático, de 29, y con los de un profesor, de 25 años. Todos exprimieron sus neuronas para sacar adelante un plan de realojamiento que una vez concluido ha suscitado el interés de representantes políticos de otros municipios y del Gobierno regional.

En el estudio, los objetores explican la forma de ayudar a bomberos, policía y Cruz Roja, en el mismo momento y lugar del siniestro, Si la catástrofe afecta a un mínimo de 50 o 100 personas a las que hay que realojar, el plan contempla la adecuación de siete colegios, que se convertirían de la noche a la mañana en refugios. "Los centros escolares fueron seleccionados en función de su cercanía a carreteras que conectan directamente ton la capital para posibles traslados de heridos", comentó José López, coordinador del Servicio de Protección Civil y supervisor del plan. Estos colegios se encuentran repartidos por las cuatro zonas en las que el plan ha dividido al municipio de Móstoles. Con la ayuda del Ejército, las aulas se transformarían en habitaciones con camas para un máximo de 400 refugiados por centro. Durante la presentación pública del plan de realojamiento en caso de catástrofes, el jefe de la Policía Municipal, José Cabanillas, explicó que en los. terremotos del pasado año en Japón y Holanda se utilizó el mismo criterio de realojamiento que contempla el plan mostoleño.