La película de los éxitos

Los socialistas intentarán combinar en esta campaña la modernidad con el pasado. Quieren demostrar que están al día, que España lo está, pero no quieren que se olvide de dónde se partía. Así que empezaron el acto de clausura de la conferencia política con la proyección en vídeo, en uno de los auditorios del Palacio Municipal del parque Ferial Juan Carlos I de Madrid, de actuaciones de cantantes internacionales y nacionales.

Apareció en escena la actriz María Paz Ballesteros para dar paso a testimonios grabados en la calle en torno a la sanidad, la educación, la ecología, la participación ciudadana, los jóvenes y los ancianos. Tras las apariciones en vídeo subían al escenario profesionales de esos ámbitos para dar su testimonio personal de apoyo a la gestión socialista. Hubo un minuto de silencio en homenaje póstumo al socialista francés François Mitterrand.

El colofón lo ponía la pregunta en la calle de quién es el líder político que más ha hecho por este país y quién debe ser el presidente del Gobierno después del 3 de marzo. El resultado era claro: Felipe González. Ahí comenzaban las múltiples imágenes de González en 1977, en 1979, en 1986 y hasta ahora. El líder socialista rodeado de mandatarios internacionales, de jóvenes, de ancianos, en actos multitudinarios de partido, en el Parlamento, en todas partes.

El cambio "biológico"

González asistía a la proyección desde la primera butaca de patio, junto a su esposa, Carmen Romero, ministros y dirigentes de partido. Un tanto ruborizado, subió al escenario y, para quitar solemnidad a tanto culto a la personalidad, hizo broma sobre su cambio "biológico" entre 1977. Y nuestros días. Inmediatamente dejó claro que si estaba ahí era porque el partido se lo había pedido. "Asumo vuestra decisión y la batalla para ganar las elecciones", dijo.Después citó con afecto a los "compañeros" que le habían precedido en la palabra para hacer la síntesis de los trabajos de la conferencia: José Borrell, Joaquín Leguina, Nicolás Redondo Terreros y Alfonso Guerra.

Todos estaban contentos, y las encuestas que dan como triunfador al PP, con una distancia de casi siete puntos, lejos de arredrarles les animaron. Parecía que esperaban que las posibilidades de derrota fueron mayores. "Estas encuestas nos sirven de acicate", dijo el presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Este dirigente confía en que la campaña cambie las cosas, especialmente si hay debates cara a cara entre González y Aznar.

En esta conferencia todos eran iguales. Los militantes de base, los ministros, los ex ministros y los parlamentarios. Había muy pocos trajes entre los altos cargos, que prefirieron ir con jersey de fin de semana y cazadora. En estos momentos preelectorales, quienes siempre han estado en la Administración caen en la cuenta de la importancia del partido, que, a fin de cuentas, es quien decide quién es diputado.