El Deportivo rompe su rehabilitacion
Los gallegos empatan ante el Betis en un encuentro sin goles ni ocasiones
Se frenó el acelerón. Lleno de propósitos de enmienda, el Deportivo parecía últimamente resucitado y dispuesto a no perder el hilo de una Liga que hasta ahora ha permitido escasos momentos felices a la afición coruñesa. Ayer Riazor se despertó otra vez envuelto en tonos grisáceos y terminó la tarde entre algunos silbidos de descontento. Atascado Fran y comprimido Bebeto en el laberinto del área, el Deportivo fue incapaz de rubricar su buena racha reciente. El Betis tampoco enamoró a nadie, aunque su solidez le dio el empate y permitió a Serra Ferrer mantener una marca: con él los de Heliópilis nunca han perdido dos encuentros seguidos.Serra Ferrer se inventó un doble tapón defensivo frente a su área, con Merino y Alexis, que logró su propósito de inutilizar la poderosa línea de volantes del Deportivo. El Betis salió reforzado de ese encajonamiento del partido en las zonas templadas del terreno de juego. Durante la mitad inicial, siempre dio la impresión de manejar mejor los resortes del encuentro que un Deportivo tan correcto como excesivamente previsible. Cuando los, andaluces tuvieron algún arranque de talento (del fulgurante Cañas o el curtido Stosic) llegaron a poner en apuros a los gallegos. Aunque nunca supieron hincarle el diente con todas las consecuencias. Pecó el Betis de estrechez de miras, del abuso del toque corto, incluso en las inmediaciones del área. En la cocina rival, Alfonso maldecía su soledad. Se pasó toda la tarde aguantando el balón.Cuando tuvo el balón, el Deportivo lo manejó con su solvencia habitual, pero adormecido por un estado de ánimo que recordaba al de un día cualquiera en la oficina. Ante una defensa imperturbable, a los de Toshack se les derritió la imaginación. Manjarín vivió en otro mundo, mientras Fran lució con intermitencia y en zonas del campo escasamente provechosas. Aldana derrochó voluntad. Con esta pobreza de discurso, el Deportivo se fue al descanso sin haber creado una sola ocasión.
Vista su propia incapacidad de sorpresa, el Betis acabó refugiándose en el cubil. En el Deportivo entró Begiristain y fue el único momento en que la esperanza del gol asomó.
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