Las pistas de Jacinto Verdaguer
Sobre el aparcamiento de residentes de la calle de Jacinto Verdaguer, y rodeadas de bloques de viviendas y las tapias del cementerio de San Lorenzo y San José, existen (existían) dos pequeña! pistas, una de baloncesto y otra de fútbito, que son el desahogo, bien escaso y aprovechado, de los niños de la. zona. El pasado mes de septiembre, algún administrador de bienes públicos, con el correspondiente master en privatización de los mismos, decidió que lo que convenía a los ciudadanos-usuarios era ceder la mitad del exiguo territorio a la empresa privada, permitiendo el montaje de varios carruseles, una tómbola y hasta unos caballitos que lo eran de verdad.Todo tuvo varias consecuencias: para que pudiera montarse el tinglado hubo que desmontar las vallas metálicas que cercaban las pistas; los vecinos tuvieron que . soportar los ruidos de los altavoces y los grupos electrógenos, pegados a sus ventanas, y los olores (insisto, los. caballos eran de verdad).
Eso sí, pudieron elegir entre dos opciones: abigarrarse en la mitad del espacio o pagar por lo que antes era gratis.
Afortunadamente, la experiencia sólo duró una semana, pero ahora, tres meses más tarde, la valla desmontada sigue sin arreglarse, las barras se van torciendo y la alambrada, recogida de mala manera, es un peligro permanente para los niños del barrio.
Y una duda nos corroe: ¿será la tradicional desidia? ¿O será que el del master ha pensado rentabilizar todavía más la operación? Ganas de gastar en. la reparación; total, para lo que queda hasta el próximo septiembíe de 1996.-
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