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Justicia investiga si dos funcionarios apalearon en Ia celda a un preso

Varios funcionarios de la prisión de Carabanchel entraron de noche en una celda de la séptima galería, que cobija a los internos más peligrosos,. y golpearon salvajemente en la cabeza al recluso Mohamed M., de origen magrebí, según distintas fuentes del centro. Mohamed M. tuvo que ser atendido por el médico de guardia, pues chorreaba sangre por la cabeza; y, según estos medios, recibió 14 puntos de sutura. La Secretaría de Estado de Asuntos Penitenciarios, dependiente del Ministerio de Justicia e Interior, ha abierto una información reservada para aclarar qué ocurrió exactamente, según reconocieron ayer fuentes de la dirección de Carabanchel.Estos informantes admitieron la existencia de la agresión, que se produjo sobre las once de la noche del pasado 22 de octubre, pero negaron que se hubiese producido de la forma antes, relatada. "Al tener conococimiento de lo ocurrido se envió un informe al juzgado y otro a la inspección general de servicios [dependiente de Asuntos Penitenciarios]", indicaron. Y se remiten al parte de incidencias -en concreto, al elaborado por los funcionarios tras el incidente- para, al menos, poner en duda que la agresion fuera arbitraria.

Según los vigilantes, sobre las once de la noche de ese día se produjo "una alteración" en la celda de Mohamed -ocupada por otros tres internos-, y ambos acudieron a ella para llamar la atención. a sus moradores porque "estaban dando voces increpaban a otros internos" y "tiraban botes de de coca-cola vacíos contra otras celdas". Una vez en la celda, según el testimonio de los funcionarios facilitado a este periódico por fuentes de la dirección de Carabanchel, Mohamed "resbaló de su cama" y se hizo una herida en la cabeza. En su declaración sobre lo ocurrido, Mohamed niega tal resbalón, y atribuye la herida en la cabeza a un golpe que le propinó "con una escoba de barrer" uno de los vigilantes.

Mohamed fue atendido esa misma noche por el médico del centro. El parte facultativo, según las referidas fuentes de la dirección, "no dice nada" acerca de, los 14 puntos de sutura. Se limita a indicar que Mohamed presenta "una herida incisa" en su zona "parietal". Estos medios indicaron que la prisión ha actuado con total transparencia en este asunto y que la decisión de informar de los hechos a la inspección penitenciaria y al juzgado se debe precisamente a las contradicciones entre los testimonios de las partes. Destacaron, por otro lado, que el artículo 123 del Reglamento Penitenciario permite a los vigilantes utilizar "medios coercitivos" para establecer el orden ante situaciones de este tipo.

Tras el incidente, Mohamed M. fue conducido a una celda de islamiento. Y, con posterioridad, ha sido trasladado a otra prisión. La dirección de Carabanchel no ha tomado aún ninguna medida contra los funcionarios, que siguen trabajando con normalidad: "Cuando concluya la información reservada se verá si hubo exceso".Un funcionario de la prisión de Carabanchel ha indicado a este periódico que la parte más activa en la agresión a Mohamed la tuvo uno de los dos funcionarios. "Es de los veteranos, y, además, estaba borracho esa noche", aseguró. La dirección del centro negó ayer este extremo. El testimonio citado fue obtenido con anterioridad a que este periódico dialogase con la dirección de Carabanchel, y coincide con la tesis de los responsables penitenciarios de que la actitud de Mohamed era "subversiva". "Pero no sólo esa noche; llevaba días induciendo a otros presos al motín, y había que callarlo", apostilla este funcionario.

La prisión de Carabanchel alberga en los últimos años una media de 2.000 presos, casi el doble de lo recomendable; de ahí el dato de que hubiese cuatro internos en la celda del incidente.

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