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Los Reyes llegaron en el AVE

La cabalgata de los Magos se celebró ayer en el barrio de Moratalaz

Antonio Jiménez Barca

Dos días antes de que todas las ciudades de España reciban a los Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar adelantaron su llegada en lustrosas carrozas a Moratalaz a la tarde de ayer, para pasmo de niños, estupefacción de mayores y satisfacción del concejal del distrito, lsaac Ramos, del PP. Al público no le gustaba mucho la idea. De alrededor de 25 personas preguntadas al azar sólo, una -un señor de unos cuarenta años sin hijos- pensaba que la llegada anticipada de los Magos estaba bien. El resto manifestó que sus majestades se saltaban la tradición y que, con lo dé cambiar las fechas, los niños se muestran. confundidos. "Van a volver locos a los angelitos; muchos se piensan que hoy vienen los Reyes, y no. Las cosas pegan cuando pegan", contaba Mátilde Sánchez, de 45 años, madre de dos niños.Dos señoras, que llevaban de la mano a sus nietos, pensaban de forma parecida: "Esto es un sinsentido, porque les quitas la ilusión a las criaturas", decía una de las señoras. La otra, en tono de chufla, añadió: "Yo voy a acostarme pronto a ver si los Reyes Magos estos de Moratalaz me traen algo esta noche, je, je".

El concejal del distrito, Isaac Ramos, no piensa lo mismo: "De esta manera, adelantando la fecha de la cabalgata, podemos aprovechar varias carrozas de las que salen en el desfile del distrito Centro el día 5 y ahorrar dinero. Contamos también con la Banda Municipal que de otra manera no podría venir". En cuanto a lo de perder la ilusión de los pequeños, Ramos declaró: "La ilusión se pierde por otras cosas, por unos padres irresponsables, por ejemplo. Hay que mantener la ilusión recordándoles a los niños que los Reyes vienen el día 5 a la casa de cada uno".

Con todo, unas dos mil personas presenciaron el paso de esta cabalgata madrugadora compuesta por siete carrozas. Arrancó a las 17.30 del Camino de Vinateros y terminó dos horas después en la Junta Municipal del distrito. Entre estas personas se encontraba Pedro, de 34 años; que andaba buscando ideas para responder a la pregunta que su hija Marta, de siete años, le había hecho al paso de la carroza de Baltasar: "Papa, ¿por qué no nos dejan los regalos hoy, sí ya están aquí". "La verdad", decía el padre, "es que no sé muy bien qué, decir. Con esto de adelantar la cabalgata se me está haciendo un lío la niña".

Alicia González, de 30 años, pensaba lo mismo. Y la madre de ésta, de 60, añadía, realmente enfadada: "A ver, ¿a que en Sol llegan en su día?, Pues aquí, en los barrios, también tenemos derecho a que los Reyes vengan cuando corresponde".

Entre las ingeniosas respuestas de los padres para que sus hijos se quedaran tranquilos por la anticipación de los Magos se cuenta la de Estíbaliz Segura, de 35 años: "Aquí vienen tan pronto porque viajan en el AVE, hija". Un señor mayor terció en la conversación: "Es que ahora estamos muy avanzados. Qué le vamos a hacer". Un niño pequeño, al lado, al ver a Baltasar, exclamó, sin que tuviera nada que ver con lo que hablaban los mayores: "¡Mira, Rambo!".

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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