La Mancha se da un chapuzón
Todo el pueblo de El Robledo (Ciudad Real) se dio cita en Nochevieja en la ribera del río Bullaque y una veintena de vecinos, con su alcalde, Benito Garrido (con albornoz), a la cabeza, se bañaron en sus aguas para festejar las lluvias. Hace apenas unas semanas, el cauce seco de este a fluente del Guadiana, ahora desbordado en algunos tramos, había dejado al descubierto unos 140 proyectiles de la Guerra Civil, que fueron retirados y explosionados por artificieros del Ejército. La fiesta de fin de año, con una comida multitudinaria con las clásicas migas manchegas como plato principal, fue aprovechada por el municipio: para reiterar su oposición a un eventual trasvase de agua al parque nacional de Las Tablas de Daimiel a través del pantano de La Torre de Abrahán.
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