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Dos ancianos heridos al hundirse su casa en Vallecas

A Manuel Crespo, de 86 años, y a su esposa, Clementina Fernández, de 81, se les vino ayer la casa encima. El matrimonio de ancianos dormía de madrugada en su piso de 40 metros cuadrados en el número 23 de la calle de Uceda, en Vallecas, cuando a la 1.30 fueron apresados por una alud de ladrillos, yeso y arena. En un santiamén, la segunda planta donde vivían desde hace 50 años se desplomó sobre el piso bajo, un taller de rótulos. El bloque se desvaneció. Sin embargo, una viga de madera salvó a la pareja de la violenta avalancha. "Se cruzó encima y amortiguó la caída de escombros", explicó uno de los vecinos.

El estruendo despertó al barrio. Los gritos de Clementina alarmaron a los vecinos. "Ay, ay", sollozaba arropada por los escombros. Una tabla de madera flotaba sobre de su cabeza, según los testigos. La evacuó un grupo de vecinos y una decena de bomberos. "No paraba de llorar", explicó Luis. Su marido, Manuel Crespo, que entregó 60 años de su vida a una vaquería, no gemía. "Tened cuidado, que me pisáis", decía mientras le rescataban. El matrimonio fue evacuado por ambulancias del Samur al hospital Gregorio Marañón.

PASA A LA PÁGINA 3

La mala calidad de la construcción causó el derrumbe

VIENE DE LA PÁGINA 1Según fuentes médicas, ninguno sufre lesiones graves. "Padecen contusiones y magulladuras", señaló una de la cinco hijas del matrimonio. Ayer por la tarde recibieron el alta.

Desde las tres de la madrugada, los técnicos de la Gerencia Municipal de Urbanismo trabajaban en el lugar del derrumbamiento. Un aparejador municipal dijo: "La mala calidad de los materiales que se emplearon para construir la casa ha causado el desplome. Ha fallado el forjado, porque la casa de la segunda planta se hizo sobre el taller, y las maderas de mala calidad no han aguantado".

Los vecinos de la calle de Uceda aseguran que la casa tenía grietas y goteras. Sin embargo, nadie intuyó el accidente. Los técnicos de la Gerencia de Urbanismo han declarado el inmueble en ruina. "Durante estos día se demolerá por completo", indicó uno di los arquitectos.

Manuel Crespo y su mujer, Clementina, vivían en régimen de alquiler. Pagaban 50 pesetas de renta, según la familia. Sobrevivían con una paga de 40.000 pesetas. El propietario de la casa, según los parientes, ha desaparecido. Ahora deberán de pedir una nueva vivienda. El matrimono pasará las navidades en casa de sus hijas.

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