'Inocencio X', en Madrid
Me conmueve la idea de poder ver en El Prado el Inocenció X, de Velázquez (8 de enero al 16 de febrero de, 1996). He de ir en todas las ocasiones que pueda a admirar la gran pintura y espero que en este acontecimiento la fortuna me depare encontrar en alguna ocasión al maestro Haro Tecglen (cómo me gustan sus columnas diarias y sus críticas teatrales, con las que coincido casi en todo) disfrutando al contemplar todos los colores rojos del mundo (Argentaría dixit). Será interesante, ¿no creen?Es una obra única, a pesar del comentario del Papá retratado cuando vio el cuadro en su término y que, con cara agria, sólo dijo: "Demasiado -real".
"En mi último y oneroso (a la par que accidentado) periplo Roma-Florencia-Verona-Milán-Venecia-Viena, quise ir a Doria Panphili pero, hélas! aquel día galería estaba cerrada. Por eso me ilusiona tanto poder disfrutar de él en nuestro magnífico museo. Para terminar, sólo un pequeño comentario a lo que el señor Egurbide define como "innterminable casulla" que luce el Papa bajo "su púrpura ondulante": lo que lleva bajo la púrpura muceta no es casulla, sino roquete. Pero ¡bah!, no va a estar uno en todo.-
