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Los estragos de la lluvia

Cuatro muertos y un herido grave por el temporal de agua, lodo y viento en Cáceres, León, Ávila y Córdoba

Nada o todo. Protagonista durante muchos meses por su escasez, la lluvia se ha aliado con el lodo y el viento para mostrar en plena Navidad su peor cara. Su furia asesina ha sembrado el temor en numerosas localidades del Sistema Central, especialmente en el norte de Cáceres -una niña muerta y otra grave en Cabezuela del Valle-, Castilla y León -un automovilista aplastado por un árbol en Ávila y otro que se salió de la carretera en León- y nuevamente Andalucía, con una cuarta víctima, una cordobesa de 65 años a la que le cayó encima un muro cuando dormía. La Confederación Hidrográfica del Tajo y Protección Civil han dado la voz de alerta para que los habitantes de zonas próximas a las avenidas se protejan de los estragos que están causando las intensas precipitaciones, que afectan a casi toda España.Mónica Muñoz Sánchez, de cinco años, quedó sepultada en pocos segundos por una avalancha de lodo cuando jugaba en su casa en compañía de una prima, de 10 años. Era la noche del día 25, y ambas acababan de echar de la habitación a otros tres niños. Ninguno de los familiares se percató de lo que sucedía. puertas afuera del hogar.

Las riadas arrasaron un terraplén próximo y desencadenaron un corrimiento que derribó una pared de la vivienda, la número 3 de la calle de la Cuesta. Las dos niñas fueron rescatadas con vida por agentes de la Guardia Civil y varios voluntarios, pero sus esfuerzos, se vieron compensados a medias. En el hospital de la Virgen del Puerto, en Plasencia, certificaban de inmediato la muerte de Mónica. Su prima, Sandra MÍiguel Sánchez, se salvó gracias a un colchón que le cayó encima y la protegió. Sufre heridas graves. Al entierro de Mónica, celebrado en la iglesia de Cabezuela -2.500 habitantes-, asistieron numerosos vecinos.

En la casa había 11 personas de la misma familia, entre ellas tres niños más, que se salvaron porque no quisieron jugar con ellos. Justo cuando se fueron a quejar a sus padres, que estaban en el salón, en la parte delantera del edificio, se produjo el siniestro. El lodo derribó la pared de la habitación, en el segundo de los tres pisos. El suelo se hundió y arrastró a Mónica y Sandra a la planta baja, donde permanecieron sepultadas media hora.

El temporal se ensañó con todo el valle del Jerte, un paraje que ayer presentaba un aspecto desolador. En Navaconcejo, el desbordamiento del río obligó a evacuar a algunas personas, como había ocurrido en los edificios colindantes con la vivienda siniestrada en Cabezuela. En Baños de Montemayor y Aldeanueva del Camino, al norte de la provincia, también hubo desprendimientos de tierras e inundaciones en varias viviendas.

Según el Centro Meteorológico de Extremadura, el día de Navidad la lluvia se extendió, por toda la comunidad, registrándose las mayores precipitaciones de todo diciembre: 66 litros en Valdastilla, 57 en San Vicente de Alcántara y 45 en Cáceres. La otra cara de la moneda es que, por primera vez en los últimos años, los ríos han comenzado a correr y las charcas de las dehesas se han llenado.

En Castilla y León el temporal fue igualmente intenso. En Benuza (León), el todoterreno de Miguel Rebordinos, de 56 años, se salió de la carretera comarcal a causa de un desprendimiento de tierra. El conductor falleció en el acto. En Ávila, donde las rachas de viento llegaron hasta los 79 kilómetros, Fidel Manteca García, de 49 años, perdió la vida al cae sobre su vehículo, también un todoterreno, un gran chopo arrasado por el viento. Acababa de dejar a su hija en su empresa, informa Carlos de Miguel. En el valle del Tiétar, al sur de la sierra de Gredos, una tromba causó graves daños materiales, al igual que en Arenas de San Pedro, donde entre el sabado y el lunes cayeron 250 litros por metro cuadrado.

La cuarta víctima mortal se registró en Montoro, Córdoba. Juana Cuenca, de 65 años, estaba perseguida por la mala suerte. Hace seis años, su madre murió sepultada por un muro. En la madrugada de ayer temió que las intensas lluvias provocaran otra desgracia y se levantó para comprobar que las paredes soportaban bien el diluvio. En ese momento, uno de los muros se derrumbó sobre ella.

El azote de agua y viento continuará al menos dos días. Protección Civil ha recomendado no estacionar vehículos ni acampar en antiguos cauces o riberas fluviales que puedan sufrir crecidas, circular por carreteras principales y autopistas; no cruzar por vados que salven barrancos o tramos de carreteras inundados y alejarse de las bases de las colinas.

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