Las tropas israelíes se retiran de posiciones cercanas a Hebrón
Una inesperada maniobra del Ejército israelí en la región de Hebrón permitió ayer que centenares de policías palestinos se hicieran cargo de una serie de posiciones en las carreteras como prólogo al repliegue que, tarde o temprano, alcanzará a la ciudad donde el líder de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasir Arafat, puede hallar su desafío más difícil en esta etapa. No muy lejos, en Ramala, ya se festeja la próxima retirada militar de los ocupantes.
Era un Fiat viejo de los pequeñitos, y temblaba trepando la colina. No por el peso de los seis alegres chavales apiñados en su interior ni por el lamentable estado de sus pistones. Eran las dos gigantescas banderas palestinas atadas al parachoques las que actuaban como un gran lastre en la tarde ventosa. De las ventanas del coche salían jóvenes manos con el signo de la victoria y se escapaban las notas de una dulce canción de Umm Jalzún.En Ramala comenzaron ayer los festejos por la inminente retirada del Ejército israelí y a ellas se sumaron todos los habitantes de la ciudad más próxima a Jerasalén que se convertirá en algo así como la capital extraoficial del Estado palestino que Arafat construye poco a poco.
Los israelíes están mas preocupados por el desarrollo de las negociaciones con Siria, que se inician hoy en EE UU, que en las realidades que van tomando forma en Cisjordania. Quizás por ello no hubo mayores aspavientos cuando la Autoridad Nacional Palestina demostró que su expansión en Cisjordania es inexorable e irreversible. Cuando Ramala quede en manos de Arafat, los colonos judíos de su vecindad tendrían que tener poco motivo de queja.
Ayer, el Gobierno israelí inauguró una carretera que circunvala Ramaala y que, en teoría, reducirá las posibilidades de fricción entre judíos y palestinos. Con sus 10 kilómetros promete convertirse en un laboratorio de buena vecindad que podría inspirar tanto a palestinos como israelíes a aceptar la nueva geografía política de Cisjordania.
Como siempre, no faltaron los descontentos. La comunidad de colonos de Cisjordania organizó una de esas manifestaciones que hacen mucho ruido pero ya no tienen impacto alguno. Grupos de palestinos también salieron a los caminos con carteles de protesta, Israel les había confiscado huertos para construir la carretera. En Dahariya, cerca de Hebrón, se repitieron escenas de júbilo cuando los policías palestinos reemplazaron a los soldados israelíes en varios puestos de control.
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