Fátima, altar del islam
Portugal establece un férreo control para evitar peregrinaciones de iraníes al santuario católico
Responsables del Ministerio de Asuntos Exteriores portugués han organizado una discreta cruzada diplomática para evitar una masiva peregrinación de musulmanes iraelíes al santuario de Fátima. Las insólitas revelaciones de un libro publicado en Portugal y de un documental recientemente emitido por la televisión iraní han provocado una desproporcionada confusión: El libro y el documental reivindican el santuario como "altar" del islam porque identifican a la aparición de 1917 como "Fátima, la hija del Profeta".El asunto, que en un principio parecía no tener mayores consecuencias, ha creado un singular conflicto a las autoridades políticas y eclesiásticas de Lisboa y Teherán. La difusión de esas extrañas teorías ha desencadenado una solicitud masiva de visados por parte de ciudadanos iraníes que querían visitar Fátima. Incluso las agencias de viajes en Teherán se han puesto en contacto con sus colegas de Portugal para organizar peregrinaciones que, hasta el momento, no han obtenido autorización oficial para sus desplazamientos.
El documental emitido por la televisión iraní y el libro que sirvió de soporte documental al reportaje (Os mouros fatimidas e as apariçoes de Fátima, de Moisés Espírito) sostienen que el fenómeno de la aparición de la Virgen en Fátima no tiene relación con la madre de Cristo, "sino con Fátima, la hija mayor del profeta Mahoma". Al parecer, una de las confusiones del caso procede de cómo llamaron los jóvenes pastores a esa aparición. Según el documental, los pastores dijeron que se trataba de "Fátima, la hija del profeta", mientras que Lucía, una de las videntes, señala que la aparición se identificó siempre como "Señora del Rosario".
El padre Luciano Cristino, director de los Servicios de Estudio y Difusión del santuario, explicó a EL PAÍS que las informaciones difundidas son confusas y turbadoras". "Nosotros", precisó, "guardamos el máximo respeto por las creencias de los musulmanes que veneran a la Virgen, pero tenemos claro que María es la madre de Jesucristo, y el resto de las informaciones, para nosotros, son pura especulación e imaginaciones".
El número dos del santuario precisé que la Nunciatura Apostólica en Irán ha difundido un comunicado en el que expresa su protesta por esas informaciones y ofrece un esclarecimiento del asunto. "Esas teorías", según la autoridad eclesiástica, son contrarias a la verdad histórica y a las creencias que los católicos de todo el mundo han tenido y tienen en relación con las apariciones".
El padre Cristino reconoce que "el nombre de Fátima es obviamente de origen árabe, heredado de los tiempos de la invasión musulmana, pero no tiene ninguna relación con la hija de Mahoma". "Fátima", añade, "es el nombre del pueblo donde tuvo lugar la aparición, pero no de la aparición en sí. Es cierto también que la Virgen peregrina viajó en los años cuarenta y cincuenta a países islámicos y esos pueblos veneran a María, pero no a la hija de Mahoma".
Por su parte, el secretario de la Conferencia Episcopal Portuguesa, Januario Torgal Ferreira, ha declarado que la confusión provocada por esas informaciones ha tenido "un aprovechamiento meramente turístico y comercial que debe ser aclarado".
Hasta el momento, sólo han llegado hasta Fátima viajeros iraníes de forma individual o en reducidos grupos, según confirmó el padre Cristino, quien añadió que el santuario está abierto a todo el mundo y no existe ninguna intención de prohibir la entrada a nadie.
No obstante, las autoridades portuguesas consultaron a los responsables de Fátima sobre el caso y decidieron establecer un control consular para evitar las peregrinaciones masivas. Diplomáticos portugueses han acordado tácitamente con sus colegas de la Unión Europea establecer algunos mecanismos de control para evitar que los iraníes que han creído esas teorías se desplacen a Portugal a través de otros países de la Comunidad.
Por su parte, la Embajada portuguesa en Teherán mantiene la política de conceder visados a título individual exclusivamente y prohibir los desplazamientos en grupo.
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