El Papa recibe en audiencia privada al obispo francés al que cesó hace un año
Jacques Gaillot pide al Pontífice que le deje seguir entre los marginados
Jacques Gaillot, el obispo francés de posiciones morales aperturistas que, hace 11 meses, fue desposeído de su diócesis de Evreux por contrastes con la jerarquía, conversó ayer a solas en el Vaticano, durante 30 minutos, con el Papa. El prelado, que se declaró "satisfecho" de la entrevista, contó que Juan Pablo II quiere "buscar una solución" que permita conjugar el compromiso de Gaillot con los marginados y su posición institucional de obispo de la Iglesia. Gaillot insistió en que el Papa "no se mostró colérico" ni le hizo "reproches" por sus ideas polémicas.
Un tono más adusto se advierte en la nota oficial sobre la entrevista publicada ayer por la Oficina de Prensa de la Santa Sede. "El sucesor de Pedro", se lee en ella, "expresó a monseñor Gaillot su esperanza de verle comprometido cada vez más en el servicio de la comunión eclesial (...) y le recordó fraternalmente que un obispo debe ser un testigo fiel de la Iglesia, un testigo de sus enseñanzas".Con respecto a la comunión eclesial, precisó Gaillot ante los periodistas, "no hay más compromiso que buscar una solución que contente a todos. Para ello, el Papa me ha dicho que hable con el cardenal Bernardin Gantin (responsable de la Congregación para los obispos) y con monseñor Jean Louis Touran", jefe de la diplomacia vaticana.
"No sé cómo irán las cosas", añadió el prelado. "El Papa me ha dicho que mi carisma es reconocido y no espero que se me pida nada que vaya contra él. Creo que es bueno que se negocie dentro de la Iglesia, que se negocie aquí en Roma, con democracia
Gaillot, que desde su cese en Evreux vive en un barrio del centro de París con un grupo de okupas, descarta prácticamente que la solución pueda ser una nueva diócesis. "Yo le he pedido al Papa que me dejen en la situación en que estoy. Me siento bien con los sin casa, los parados, los indocumentados. Y él me ha dicho: 'Pero usted es obispo, y debe tener una unión precisa con el resto del episcopado'".
Desde que renunció a la diócesis de Evreux el pasado 13 de enero, por no querer convertirse en obispo emérito, como Gantin le ofrecía, Gaillot es oficialmente obispo titular de Partenia, una sede episcopal histórica en África que hoy no existe como diócesis. El prelado pidió el pasado 5 de marzo la entrevista celebrada ayer, que no le fue anunciada hasta el 11 de octubre. Gaillot no conoce los motivos de ese retraso, y sugiere que la razón de que haya sido recibido ahora puede responder a la necesidad de pacificar el ambiente antes de nombrarle un sustituto en Evreux, donde los fe les le apoyan, y antes de que Juan Pablo II viaje, el próximo mes de septiembre, a Francia.
"Es como si el Papa hubiera querido pasar una página", comentó el obispo, en respuesta a un periodista que le pedía que, reafirmara sus ideas favorables a la integración eclesiástica de los homosexuales o al uso del preservativo para prevenir el sida. "Espero seguir teniendo la libertad que da el Evangelio, y poder seguir expresándola en comunión con la Iglesia", añadió.
"No me miro en la tele"
En el balance de la entrevista de ayer, Jacques Gaillot destacó que "no es frecuente que un obispo pueda hablar así al Papa, sin reservas. Por ejemplo, al conversar sobre Evreux, le dije que me había sentido herido por tener que dejar la diócesis, y que también los fieles se sintieron heridos. '¿Quiere decir que los fieles no aman al Papa?', me preguntó él. 'No', le respondí. 'Quiere decir que no aman a la curia romana".Para ilustrar el ambiente distendido de la entrevista, el obispo Gaillot dijo que había hecho sonreír a Juan Pablo II en varias ocasiones. "Por ejemplo, cuando él me dijo: '¿Por qué se la toma con frecuencia con los demás obispos?', y yo le respondí: 'Es una suerte para usted que no haya muchos obispos como yo, porque así se evita más problemas'"."Más adelante, me dijo: 'Usted sale con frecuencia en los medios de comunicación', y yo le dije: 'Hago lo mismo que usted'. Se rió y me dijo: No me miro nunca cuando salgo en televisión'. Yo le dije: 'Yo tampoco'. 'A veces es peligroso', dijo él". Gaillot considera que la Iglesia tiene urgencia en resolver su caso, porque lo considera "grave", pero afirmó que hoy volvería a París, seguramente sin tiempo material para arreglar las cosas. "No hay fuego", dijo. "Esta situación dura ya desde hace 11 meses y podrá durar un poco más. Lo importante es que haya una voluntad, común de avanzar".
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