Lágrimas por Vallecas
Mi viejo y querido barrio se ha teñido de sangre. Las lágrimas acuden a mi alma llena de rabia y desesperación. No consigo dejar de pensar en esa calle, por la que tantas veces he paseado, sembrada de muerte. No quiero ni puedo perdonar ni una sola gota de sangre inocente vertida sin compasión. Jamás olvidaré el dolor reflejado en cada rostro, en cada corazón. Una enorme columna de humo se elevó oscureciendo mi alegría y mi sonrisa; hoy, como otras veces, he llorado de impotencia al ver mi país de luto, al oír a la gente gritar y maldecir, al ser aplastada por el odioso silencio de algunos. ¿Por qué unos pocos pueden robar mi libertad para vivir, soñar o morir? ¡Me siento tan pequeña... !-
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