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La campaña presidencial rusa se inicia sin resultados totales de las legislativas

Pilar Bonet

, Las instituciones, los políticos, y los informadores de Rusia se concentraron ayer en la campaña para las presidenciales del próximo 16 de junio, aunque aún no ha terminado el recuento de los votos de las legislativas del domingo. El ex primer ministro Yegor Gaidar pidió ayer al jefe del Estado, Borís Yeltsin, y al líder del grupo reformista Yábloko, Grigori Yavlinski, que decidan cuál de los dos se presentará a la presidenciales para "evitar la hecatombe" de un triunfo de comunistas y nacionalistas.

El lunes, día 25, jornada laborable en Rusia, la Comisión Electoral examinará las peticiones de tres grupos de ciudadanos que, tal como establece la ley, pretenden registrarse para iniciar la recogida del millón de firmas necesarias para promover candidaturas a la jefatura del Estado.Es previsible que para esa fecha, y eventualmente hoy, día en que la Duma Estatal saliente celebra su sesión de despedida tras dos años de actividad, la Comisión Electoral Central pueda dar ya los resultados generales -aunque no oficiales- de las elecciones parlamentarias.

En los votos escrutados hasta ayer los resultados seguian sin variar sustancialmente. En total, cuatro partidos habían superado el listón del 5%. El recuento de 192 distritos electorales (de un total de 225) indicaba ayer por la tarde que el Partido Comunista iba a la cabeza con el 21,99 % de los votos, seguido del partido del ultranacionalista VIadímir. Zhirinovski, con el 11,14%; Nuestra Casa es Rusia, iba en tercer lugar con el 9,65%, y el grupo Yábloko, que dirige el economista Grigori Yavlinski, completaba la lista con el 7,11%. Sin superar la barrera del 5%, estaban, por este orden, Mujeres de Rusia, los comunistas radicales de Víctor Anpílov, los nacionalistas moderados del Congreso de las Comunidades Rusas y el partido del cirujano ocular Sviatoslav Fiódorov.

Yegor Gaidar, el padre de la reforma económica postcomunista, al que Zhirinovski ha calificado de "vagabundo político", se consolaba del bajo porcentaje obtenido por su partido (un 3,96% según los datos de ayer) con los diputados de Opción Democrática de Rusia, que han pasado en distritos mayoritarios uninonominales, un total de nueve. Esta cifra supone, según dijo Gaidar, más de lo que tenían los bolcheviques antes de la revolución de 1917.

Los grupos de ciudadanos, cuyos documentos examinará la Comisión Electoral Central el lunes, quieren iniciar la recogida de firmas a favor, respectivamente, del actual presidente, Borís Yeltsin, del director de una empresa militar de Siberia, Piotr Románov, y de Andréi Zavidyia, un comerciante que en 1993 organizó la campaña electoral de Zhirinovski, según informó el secretario de la Comisión Electoral Central, Aleksandr Veshiliako. Todo hace pensar que la oferta en aspirantes a candidatos presidenciales va a ser bastante nutrida. De momento, la Comisión Electoral Central ha denegado el registro a dos grupos de iniciativa, uno a favor del ex vicepresidente Aleksandr Rutskói, y otro a favor del líder de una sociedad de inversores engañados.

Bajo el signo de las elecciones presidenciales tuvo lugar ayer la conferencia constituyente del movimiento Reforma-Nueva Política. Este movimiento es dirigido por el actual portavoz del Consejo de la Federación, Vladímir Shumeiko, que abandonará su cargo a principios de año cuando entren en funciones los nuevos miembros de la Cámara alta, donde están representadas las regiones de Rusia. Reforma-Nueva Política se configura como un engranaje para apoyar una candidatura presidencial aún no desvelada. Shumeiko dirigió la campaña de Yeltsin en el referéndum de 1993.

Subida del metro

Tras las promesas electorales, llegaron las sorpresas desagradables. Ayer por la mañana, sin previo aviso, los moscovitas que se dirigían al trabajo descubrieron que el precio del billete de metro había subido en un 50% y supone ahora 1.500 rublos (aproximadamente unas 40 pesetas).

Además, se enteraron de que el abono mensual del transporte público pasa a valer 180.000 rublos, lo que prácticamente equivale al salario de muchos y supera el salario mínimo, que es de algo más de 50.000 rublos.

En las estaciones de metro hubo broncas y alborotos, ya que esta vez las autoridades de la capital habían logrado evitar la acaparación de fichas de metro que se ha producido en ocasiones anteriores cuando se extendía el rumor de una subida. En una estación del centro, una profesora de música con 240.000 rublos al mes de sueldo planteaba en serio dejar el empleo, que apenas le cubre el transporte. En vísperas de las elecciones legislativas los precios de la mayoría de los servicios han estado congelados.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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