La Alianza reconoce que sólo la reconstrucción consolidará la paz
, La transmisión de la autoridad en Bosnia a la OTAN convirtió la jornada de ayer en un "día clave" para la paz en la antigua Yugoslavia, subrayó el secretario general de la Alianza, Javier Solana. Pero reconoció acto seguido que sólo el programa de reconstrucción garantizará la estabilidad a largo plazo en la zona. Para eso se necesita dinero. El primer Encuentro de Donantes afloró en su sesión inaugural la pugna por la factura.
Solana celebró al mediodía su primera rueda de prensa, dedicada a Bosnia, flanqueado por los embajadores de los 16 países miembros de la Alianza. Poco antes, el almirante Leighton Smith, jefe del IFOR -el despliegue aliado-, asumía el control de Bosnia de manos de la ONU. La transmisión se realizó entre promesas de respeto al plan de paz. Por eso el jefe de la OTAN dio "la bienvenida a esta cooperación". Amable, constató la coincidencia con las fechas navideñas, augurando que la IFOR "ayudará a difundir el espíritu de Navidad: paz, esperanza y renovación" en la región. Serio, alertó a los ex contendientes sobre que la fuerza aliada "dispone de los medios y de la autoridad para garantizar que todas las partes respeten el acuerdo de paz".Aunque la labor de la OTAN se ciñe a los aspectos militares del plan de paz, el nuevo secretario general anunció una "estrecha colaboración" con el responsable civil de la reconstrucción, Carl Bildt, para asegurar que las condiciones de una paz estable queden "firmemente establecidas" en el plazo de 12 meses en que debe finalizar la operación.
"El compromiso militar de la OTAN no puede por sí solo garantizar una paz a largo plazo, que sólo surgirá del programa político, económico y social de reconstrucción", resaltó Solana. Para lograrlo, la Alianza -"que dirige una verdadera coalición para la paz", dijo- se esforzará en lograr un entorno favorable a la reconstrucción mediante el acuerdo de control de armamento y las medidas dé creación de confianza mutua pactadas en Dayton. El problema es que el dinero llegará más tarde que los soldados. La IFOR cuenta ya con 17.000 hombres, una cuarta parte de sus efectivos, y su despliegue se está desarrollando sin obstáculos, salvo algunos recelos menores de Rusia por las zonas que se le han asignado a sus tropas.
Reparto de la factura
Sin embargo, las potencias garantes de la paz no han acordado todavía el reparto de la factura. Mientras Europa postula dividirla en tres tercios -Unión Europea (UE), Estados Unidos y un conglomerado entre Japón y los países islámicos-, Washington se resiste tenazmente. Ayer mismo empezaba en Bruselas, entre escaso entusiasmo, un Encuentro de Donantes auspiciado por la Comisión Europea y el Banco Mundial para aclarar el asunto.La reunión empezó con mal pie ya antes de su convocatoria. Los Quince se negaron el pasado día 4 a otorgarle categoría de conferencia. Algunos, como los franceses, lanzaron mordaces invectivas al comisario europeo Hans van den Broek: "Este hombre quiere su propia conferencia". Tras la ironía se ocultaba el temor a que la iniciativa, sin un previo pacto con Washington, redundase en un aumento de la cuota financiera de la UE. Alguna razón parecían tener esos escépticos. El coste de las tareas más urgentes de reconstrucción -sólo para infraestructuras eléctricas, de transporte y comunicaciones- asciende, en los primeros tres meses de aplicación del plan de paz, a 518 millones de dólares, algo más de 60.000 millones de pesetas.
Contra la opinión de los Estados miembros de la UE, Van den Broek se comprometió a disponer ya de 100 millones de ecus -16.000 millones de pesetas-, sin contentar ni a tirios ni a troyanos: el ministro bosnio de Exteriores, Mohamed Sacirbey, puso ya el grito en el cielo por la escasez del guarismo.
[La única inyección inmediata de dinero llegará a Bosnia del Fondo Monetario Internacional, que ayer aprobó la entrada del país como miembro de pleno derecho y le concedió un crédito de emergencia por valor de 45 millones de dólares (unos 5.500 millones de pesetas), informa Efe.]
Mientras, la coalición internacional articulada en torno a la OTAN mostraba indicios de futuras fisuras. Los aliados otorgan a la colaboración de Moscú categoría de banco de pruebas para ulteriores cooperaciones. Y en Polonia se teme el impacto de la victoria comunista en las elecciones rusas.
"La actitud de Rusia con la Alianza no cambiará", aseguró Solana, "y tampoco la seguridad de Polonia". Este país no disfruta del paraguas de seguridad que le otorgaría su integración en la OTAN, y por tanto el compromiso de todos sus socios en defenderla, según el artículo 5 del Tratado de Washington. Pero forma parte de la Asociación por la Paz, que le otorga una "cláusula de consulta" en caso de peligro.
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