Kafka, cuatro manifestaciones y todos a casa

Cuando faltaban sólo tres preguntas por responder, el alcalde socialista de Leganés José Luis Pérez Ráez suspendió ayer el pleno: tres horas y media de interrupciones, broncas, protestas y pancartas. El colmo llegó cuando el regidor se enzarzó en una discusión con la presidenta de la asociación de vecinos de Vereda de los Estudiantes. Se llamaron mutuamente mentirosos y entonces en la sala se escucharon insultos de "fascistas" y "chorizos" que hicieron saltar a dos ex ediles socialistas que se hallaban entre el público. A punto estuvieron de llegar a las manos y sólo lo impidió la suspensión del pleno.Antes, en el salón de sesiones, habían coincidido hasta cuatromanifestaciones de diversa índole: acudieron unos 200 padres y alumnos del colegio Jorge Guillén que temen que el centro se cierre el próximo curso al implantarse la ESO, un centenar de insumisos con traca de petardos incluida, los vecinos de San Nicasio, que reivindican un parque en el campo de tiro y otro grupo que se opone al cierre dé la M-406.

Los concejales perdían el hilo cuando entraba un nuevo colectivo y empapelaba el salón con su correspondiente pancarta, algo que se ha convertido ya en rutinario desde las elecciones de mayo, con el gobierno en minoría del PSOE.

Además, ayer desde las filas del Partido Popular se colaboró al espectáculo. Manuel Pimentel, uno de sus concejales, fue incapaz de asumir la abstención de su grupo en una propuesta de ayuda a la ciudad cubana de Arroyo Naranjo. Hizo amago de votar a, favor y cuando el alcalde le pidió que confirmase su voto, pidió un receso. Se trata de un concejal que va en silla de ruedas, por lo que todo el público pudover la bronca que le dio su portavoz y presidente Pablo Abejas. Entonces se desdijo y se limitó a decir lo que al levantar la mano sólo quería indicar al alcalde que se le diera por ausente. Finalmente, el edil abandonó el Ayuntamiento para no regresar.