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Westendorp alaba en su toma de posesión el consenso en España sobre política exterior

Carlos Westendorp ensalzó ayer, en el discurso de su toma de posesión como ministro de Asuntos Exteriores, el consenso que existe en España entre Gobierno y oposición sobre la política exterior. Aunque socialistas y populares apenas discrepan sobre este asunto, quizá no fue ayer el día mejor elegido para resaltarlo. El portavoz del Partido Popular (PP) en la Comisión de Asuntos Exteriores, Javier Rupérez, pidió a las autoridades mexicanas que no acrediten como embajador de España a José Luis Dicenta, actual secretario de Estado de Cooperación Internacional.

Westendorp prometió primero su cargo, en el Palacio de la Zarzuela, ante el Rey y el presidente del Gobierno, Felipe González, y, después, tomó posesión en el salón de embajadores del Palacio de Santa Cruz. Dos ministros lo arropaban: el de Defensa Gustavo Suárez Pertierra, y el de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, quién transmitió los mejores deseos del anterior jefe de la diplomacia española, Javier Solana, a su sustituto.El nuevo ministro no nombró, en cambio, a su predecesor y sí citó al primer ministro de Exteriores de la era socialista, Fernando Morán, que asistió a acto. Recordó, parafraseando el título de uno de sus libros, que tenía la intención de seguir colocando a España en su sitio.

El "consenso básico" existente en España sobre política exterior es una, de las mayores fortunas que tenemos", prosiguió Westendorp, antes de pedir la colaboración de la prensa para explicar su tarea. Desmintió además a EL PAÍS, que en su edición del martes señalaba que Solana sugirió al presidente Felipe González que su sustituto en Exteriores fuese el titular de Industria, Juan Manuel Eguiagaray.

Aseguró, por último, el nuevo ministro que nombrará ahora, para reemplazarle, a un secretario de Estado para la UE y dentro de poco a otro de Cooperación Internacional cuando, a finales del mes próximo, deje el cargo José Luis Dicenta.

Ayer no fue precisamente el día del consenso. Antes de cesar Solana inició los trámites para solicitar el plácet a México para acreditar allí como embajador a Dicenta, un diplomático de carrera vinculado al PSOE. Este, próximo nombramiento suscitó un una airada reacción del portavoz del PP para la política exterior.

"Espero y deseo que el Gobierno mexicano no conceda el plácet", declaró Rupérez a Servimedia, porque Dicenta es un "pésimo funcionario, de conocidas y manifiestas voluntades sectarias". "Desde luego, es de una gravísima irresponsabilidad que, en tiempos preelectorales, el GoIbiemo socialista sitúe a sus fieles en sitios políticamente muy significativos".

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Dicenta, concluyó Rupérez, "no contará nunca con la confianza de un Gobierno del PP". "Esto debería de ser motivo de reflexión para un Gobierno socialista terminal y para llamar la atención de la opinión pública sobre estos intentos de colocación de amigos!".

La embajada en México fue objeto de una polémica similar hace más de diez años. El mismo Consejo de Ministros de la UCD, presidido por Leopoldo Calvo Sotelo, que decretó las disolución de las Cámaras el 27 de agosto de 1982, nombró a Emilio Cassinello embajador en el país latinoamericano. Cuando los socialistas llegaron al poder, el titular de Exteriores, Fernando. Morán, hizo todo lo posible para cesarle.

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