El nuevo Pujol
JORDI PUJOL obtuvo el sábado, por quinta vez, su investidura como presidente de la Generalitat, gracias a la abstención de los 63 diputados de tres grupos parlamentarios,(PSC-PSOE, Partido Popular y Esquerra Republicana) y con los 60 votos de su coalición, Convergéncia i Unió (CiU). Si la fuerza de un Gobierno se mide por los apoyos suscitados por su presidente entre los parlamentarios, éste es el Consell Executiu más débil salido de unas elecciones en Cataluña. Pujol formó su primer Gobierno después de obtener en segunda votación una mayoría absoluta en la Cámara (75 sobre 135), y en las tres investiduras siguientes le bastaron los votos de CiU para pasar el trámite sin problemas.En esta ocasión, Pujol ha planteado un programa de gobierno muy moderado en el tono y en los conténidos.. El presidente catalán ha ofrecido una política de diálogo con la oposición, ha reconocido que el Parlamento de Cataluña tendrá un nuevo protagonismo y ha admitido que necesitará apoyos para poder gobernar. Este nuevo Pujol ha expresado su deseo de que nadie, castellanohablante o catalanohablante, se sienta agredido por cuestiones lingüísticas y ha manifestado incluso una esperanza insólita en alguien habituado a la lamentación por agresiores exteriores: "Creo que la sociedad española está entrando en una etapa que le pondrá las cosas más fáciles a Cataluña".
El planteamiento de Pujol ha sido muy abierto en cuanto a posibilidades futuras de pactos y cuenta, en consecuencia, con un cierto margen de indefinición a la espera de que se aclare el panorama político después de las elecciones generales. También lo han tenido en cuenta los tres grupos parlamentarios que se han abstenido, dejando así la puerta abierta a alianzas futuras. El presidente catalán empieza una etapa provisional de poco más de cien días y tiene ante si tres posibles alianzas parlamentarias o incluso de Gobierno, con cada una las tres fuerzas que han permitido la investidura mediante su abstención. Los populares le han ofrecido su apoyo parlamentario, que podría adquirir virtud de contrapartida a partir de marzo.
Los socialistas se han brindado a entrar incluso en el Gobierno, con la secreta esperanza de una aritmética en la carrera de San Jerónimo que permita cerrar él paso al PP. Los independentistas de Esquerra le han entregado, casi gratis, su apoyo parlamentario, con la esperanza de convertirse en aliados obligatorios si José María Aznar se convierte en presidente del Gobierno, con mayoría absoluta y hace falta un regreso a la Cataluña-fortaleza.
El nuevo Gobierno que surgirá de esta situación de indefinición de alianzas tendrá obligatoriamente un carácter provisional, por lo que no cabe esperar grandes cambios en su composición que hipotequen el futuro. Queda claro en cualquier caso, que Cataluña cuenta ahora con un Parlamento activo y capaz de adquirir un mayor protagonismo. El pacto entre, toda la oposición para elegir la mesa parlamentaria y la votación de investidura reflejan claramente la nueva situación.
La investidura ha demostrado, además, que no tiene fundamento la denuncia efectuada por Pujol de una supuesta pinza de cuatro contra uno para impedir que el Gobierno gobierne y para deformar la voluntad popular. Pujol ha obtenido la luz verde de tres fuerzas para presidir el Consell Executiu. Sólo Iniciativa per Catalunya se ha alineado en la oposición radical mediante el voto negativo. No hay, en consecuencia, frente parlamentario alguno contra Pujol, sino un esfuerzo político por introducir el máximo pluralismo en las instituciones, de forma que éstas reflejen mejor la pluralidad demostrada por las urnas.
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