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Yeltsin llama a impedir mañana la victoria electoral de los comunistas

Pilar Bonet

El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, hizo una ofensiva de última hora para frenar la anunciada victoria de los comunistas en las elecciones parlamentarias de mañana en una alocución televisiva en la que instó a sus conciudadanos a no cometer el "trágico error" de apostar por el pasado. Aunque los comunistas van en cabeza en las encuestas de los centros de demoscopia más prestigiosos de Rusia, el ultranacionalista VIadimir Zhirinovski, en contra de las expectativas, podría colocarse en segundo lugar.

Así lo indica la última encuesta realizada por el Centro Estatal de Estudio de la Opinión Pública (CEOP). El sociólogo Leonid Sedov del CEOP, manifestó a EL PAÍS que el Partido Liberal Democrático, que preside Zhirinovski, obtendrá un 10% de los votos emitidos, inmediatamente después del Partido Comunista, que alcanzará el 17%, según datos contabilizados el jueves por la noche. El CEOP fue uno de los centros de demoscopia que pronosticó la sorprendente victoria de Zhirinovski en vísperas de las elecciones a la Duma Estatal de 1993. El reforzamiento de este demagógico personaje tendrá lugar a costa de los comunistas y los nacionalistas moderados del Congreso de las Comunidades Rusas, manifestó Sedov. De confirmarse esta eventualidad, que es apuntada también en otro sondeo del Instituto de Sociología Parlamentaria, indicaría la inmadurez de una parte del electorado ruso que sigue teniendo fe en un candidato capaz de hacer promesas absurdas y contradictorias.Hasta ayer, sin embargo, la ofensiva del Kremlin se centró en los comunistas, en "algunos partidos" que, según Yeltsin, proponen lo "más peligroso", es decir, "el retorno al pasado" y la vuelta a aquel camino por el que Rusia se movió durante "más de 70 años".

Vuelta al pasado

"No deben permitir que el país vuelva a los tiempos en los que a todos les decían cómo pensar, cómo vestirse, cómo peinarse y qué canciones cantar", dijo ayer el presidente, dirigiéndose a los jóvenes. El mensaje televisivo fue grabado la víspera en el sanatorio de Barvija, donde Yeltsin se recupera del infarto sufrido el 26 de octubre y donde votará el domingo ante un reducido grupo de periodistas.El presidente, que tenía un aspecto saludable y aparecía mucho más delgado, trató de movilizar también los ánimos de la población madura rusa en contra de los comunistas y les recordó que sus progenitores habían sufrido "verdadera hambre", "verdadero miedo" y "represiones masivas". "¿Acaso quieren esto para sus nietos?", preguntó Yeltsin con aire intimidante, sin mencionar a los comunistas por su nombre en ningún momento. El día anterior, el general Alexandr Korzhakov, el guardaespaldas del presidente, fue más explícito que su jefe en una rara entrevista televisiva en la que exhortó a impedir la victoria comunista. Korzhakov, que dijo tener intención de votar por el bloque de centro-izquierdas que dirige el jefe del Parlamento Iván Ribkin, manifestó que Yeltsin anunciará en febrero si piensa disputar de nuevo la presidencia de Rusia. "¿Se presentará o no se presentará? Este es verdaderamente el principal problema", dijo dubitativamente el general, que a finales de la pasada década fue expulsado del KGB por su fidelidad a Yeltsin.

Yeltsin apoyó ayer de forma bastante clara al bloque Nuestra Casa es Rusia, que dirige el primer ministro Víktor Chernomirdin, y, aunque no lo mencionó directamente, utilizó términos que el público asocia con el bloque gubernamental. "Unámonos para conservar la frágil estabilidad y el acuerdo conseguidos con tanto trabajo en nuestra casa común, Rusia", dijo Yeltsin, quien también lanzó un velado ataque contra el Congreso de las Comunidades Rusas y su líder más carismático, el general Alexandr Lébed, al asegurar que la economía "no puede mejorar por orden de un general". Yeltsin advirtió asimismo contra los anhelos de reconstruir la Unión Soviética, que según dijo, están preñados con "los fuegos terribles de la guerra civil".

Por su parte, Chernomirdin, que ignoró los llamamientos para participar en un debate abierto con sus rivales, aprovechó los últimos cinco minutos concedidos a su bloque en la propaganda gratuita en televisión para asegurar a sus conciudadanos que Rusia comienza a salir de la crisis con un aumento de la producción en algunos sectores industriales y que él es hijo de familia trabajadora que sabe lo que es vivir del sueldo, que ama a Rusia y está dispuesto a vencer a la pobreza.

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En una conferencia de prensa con la que clausuró la campaña electoral, el líder comunista, Guennadi Ziugánov, expresó su fe en la victoria en 70 de las 89 regiones de Rusia y negó haber mantenido tratos con el Gobierno para formar un futuro Gabinete.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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