Ofensiva de las fuerzas rebeldes al iniciarse las votaciones en Chechenia
Las elecciones para jefe de la república y a la Duma estatal comenzaron ayer en Chechenia con encarnizados enfrentamientos en Gudermés entre las fuerzas federales rusas y los independentistas caucásicos. Los guerrilleros del presidente rebelde, Dzhojar Dudáiev, tomaron el hospital de la segunda ciudad en importancia de Chechenia, en una operación cuyo objetivo aparentemente era atraer a las tropas rusas: la columna motorizada enviada por los rusos fue atacada, según la agencia Interfax, por unos 600 guerrilleros y los combates han dejado numerosos muertos y heridos por ambas partes.
A pesar de las advertencias hechas por los independentistas, que no reconocen la legitimidad de estos comicios, el Kremlin está dispuesto a llenar las urnas en Chechenia aunque sea con votos manchados de sangre. Desde los sufragios de los miles de soldados rusos hasta la simplificación de la ley electoral: todo vale para asegurar la victoria de Doku Zavgáiev, que ya había gobernado la república antes de Dudáiev -primero como líder comunista y después como jefe del Sóviet Supremo local- y que ahora es primer ministro en el Gobierno prorruso de Grozni.La elecciones comenzaron ayer en Chechenia gracias a una ley simplificada que los diputados locales prorrusos aprobaron urgentemente hace apenas dos días. Después de que Ruslán Jasbulátov, el ex líder del Parlamento ruso, retirara su candidatura la semana pasada, Zavgáiev ya no tiene ningún contendiente serio y nadie duda que el domingo será el vencedor. El problema es que, a excepción de los máximos líderes del Kremlin, pocos creen que estos comicios puedan traer la paz y estabilizar la situación en la república norcaucásica.
"Estas elecciones son una provocación", opina Serguéi Kovaliov, diputado que fue destituido como Defensor del Pueblo por su oposición a la guerra en Chechenia y sus denuncias de los crímenes cometidos por las Fuerzas Armadas rusas en esa república. "Los comicios en Chechenia no pueden ser limpios, ya que se desarrollan en condiciones equivalentes a un estado de excepción", y lo más probable es que el poder surgido de estas elecciones lleve la una reanudación de las operaciones militares a gran escala", se dice en una declaración de tres organizaciones de derechos humanos.
Los guerrilleros de Dudáiev, por su parte, están decididos a impedir la celebración de los comicios. Para ello recurrirán, así lo han advertido, a operaciones armadas y los enfrentamientos de ayer en Gudermés demuestran que cumplen lo que dicen a atentados terroristas y a acciones intimidatorias contra quienes deseen acudir a los colegios electorales.
Coincidiendo con el comienzo de las elecciones en Chechenia, se abre en Estocolmo el Tribunal Internacional contra los culpables de esa guerra, organizado a iniciativa de un grupo de defensores de los derechos humanos. Entre los acusados figuran el presidente ruso, Borís Yeltsin; el ministro de Defensa, Pável Grachov, y todos los demás miembros del Consejo de Seguridad ruso, el organismo que tomó la decisión de enviar las tropas a la república rebelde. La guerra ha causado la muerte de decenas de miles de civiles, especialmente en Grozni, que quedó completamente destruida por los bombardeos indiscriminados de la aviación rusa.
De acuerdo con la nueva ley electoral chechena, el "jefe de la república" -eufemismo para designar el cargo de presidente, título que todavía ostenta Dudáiev- se elige en una sola votación por mayoría simple. Para que los comicios sean válidos, debe participar el 25% del censo. Los chechenos pueden votar en cualquier circunscripción, independientemente de su domicilio, y para hacerlo deben presentar "cualquier documento que los identifique". Con estas reglas, Zavgáiev no tendrá problemas en organizar un pucherazo.
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