Partir de cero
Cuando perdió la final de París ante Sergi Bruguera aquel junio de 1994, Alberto Berasategui vio abrirse un abanico de posibilidades. Su explosión internacional fue rapidísima. En cuestión de seis meses pasó de ser una promesa a estar metido de lleno entre los diez mejores del mundo. Y eso le pasó factura. Le llegó la fama y con ella los compromisos. Acabó 1994 casi desquiciado por el sobreesfuerzo realizado para lograr una plaza para el Masters que se planteaba muy disputada. Y así comenzó a labrarse su caída. "La fama hizo que me olvidara de entrenarme", confiesa. "Acabé la temporada 1994 muy cansado y con un montón de compromisos por cumplir. Y cuando me di cuenta debía empezar la nueva campaña y no estaba preparado". Fue un mal inicio, que prosiguió con unas desafortunadas designaciones de la ATP -fue obligado a disputar nueve torneos en pistas rápidas- y diversas lesiones - bajón de glóbulos blancos, verruga en un pie-.Todo ello le llevó a un balance bastante desalentador al final de este año: un torneo ganado (Oporto), tercera ronda en Roland Garros y cinco cuartos de final. Así, su clasificación ha ascendido hasta el 33º lugar mundial y ha visto cómo Albert Costa (24º) y el mismo Carlos Costa (31º) le superaban.
Su plaza para los JJ OO peligra. Hay muchos aspirantes y Berasategui deberá demostrar de nuevo en los seis primeros meses del año que se la merece. "He pasado un bache, y sé que para salir de él es necesario trabajar mucho y hacer una buena preparación de invierno. Mi objetivo es estar en perfectas condiciones para afrontar la temporada de tierra batida. Empezaré a jugar en febrero. Y espero recuperar la confianza en mi juego". Es su reto.
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