Todos agarraditos
Con el paso del tiempo, la antigua pintura al óleo puede volverse transparente. En algunos cuadros emergen los trazos originales. A través de una mujer surgirá un árbol o un rostro sustituirá a otro. Es lo que se llama pentimento. El pintor se arrepintió y modificó su idea original. Si el retrato al óleo de Jacques Hachuel se volviese transpayente, es seguro que emergería el rostro de Mario Conde. Es posible saber las razones por las cuales ambos personajes se pelean o se unen: siempre hay un botín. En una operación del sumario Banesto van, como dice la canción, agarraditos los dos: se trata de los viejos 1.344 millones del 6 de abril de 1990.El abogado Luis Rodríguez Ramos, que defiende a Hachuel, "se vio obligado" a enviar ayer a los medios de comunicación un presunto desmentido de informaciones publicadas por este periódico en los últimos días. No desmiente una sola coma de esas informaciones. Añade nuevas mentiras, como la de que este periódico no se puso en contacto con "su patrocinado", el señor Hachuel. Más cierto es que el periódico intentó a lo largo de nueve meses ponerse en contacto una y otra vez, en Puerta de Hierro y en París, sin suerte, y que, Rodríguez Ramos, siguiendo instrucciones de "su patrocina do", decidió, en marzo, no ponerse más al teléfono. Eso sí, en un contacto reciente admitió que debía haberlo explicitado.
Pero el hallazgo de la carta difundida ayer es que confirma la manipulación del contenido de un texto en inglés aportado por Air Products al juzgado central de instrucción número 3 que Hachuel realizó el 30 de noviembre, en su tercera declaración ante el juez. Porque Rodríguez Ramos añade a su carta una copia del documento original que Hachuel tergiversó, según EL PAÍS hizo público, con reproducción de textos, el 5 de diciembre.
Ese documento, según leyó. Hachuel en el juzgado, decía que "Air Products dio su conformidad al pago a terceros por razón del acuerdo al canzado entre Banesto y los tenedores de los warrants del año 1989". Y continuó: "En ese documento, Air Products declara que los tenedores, es decir el señor Hachuel era el destinatario de los fondos".
Ya quisieran Hachuel y su abogado que eso dijera el documento. Pero no lo dice. Lo que afirma Air Products es que compró una opción a Banesto sobre 672.000 títulos de Carburos. ¡Compraron a Banesto! Está claro. Por tanto, no a Hachuel. Lo segundo que dice es que Banesto les dijo antes de firmar el contrato. que ese dinero "lo utilizarían para retirar unos warrants emitidos por Banesto en 1989 sobre acciones de Carburos". ¡Pagaban a Banesto! Está claro. Que el banco hiciera con ese dinero lo que considerase necesario no era negocio de Air Products. Y last but not least, dijo Hachuel y repite Ramos, Air Products pagó directamente los 1.344 millones a la sociedad del primero, Mariella Real Estate. Holding Establishment en el NMB Bank de Ginebra. ¡Pagó, porque Romaní así se lo pidió al citado banco a nombre de Homburger, Achermann-Peter Widmer! Está claro. Era el bufete de abogados en el que trabaja el letrado de Hachuel, Peter Widmer.
Pero el acto fallido de Hachuel-Rodríguez Ramos es aquél de su carta difundida ayer en la que cice que los, vicepresidentes de Air Products, Ronaldo Sullam y, James, McMahan, "no han aportado' ningún documento o prueba solvente al sumario como hubiera sido un contrato de opción de compra". Entre los 18 documentos aportados por los vicepresidentes al sumario figura uno con el número 2 (número 3 en versión castellana) que es el contrato, reducido a un folio y medio por petición de Romaní (ver reproducción), Rodríguez Ramos miente. Y lo peor es que lo sabe.
¿Por qué miente? Porque su patrocinado se lo exige aún cuando no está inculpado y no puede caer, sin someterse al 'riesgo de penas, a falso testimonio. Y ¿por qué se lo exige? Porque para evitar el delito de estafa, Romaní y Conde han negado la existencia de un pago de Air Products a Banesto. Aun siguiendo la lógica de Rodríguez Ramos, ¿dónde está el contrato entre Hachuel y Air Products? Ese sí que no existe.
Pero estamos ante abogados y han dejado su "pequeño pórtico", como se llama el cuadro del argentino Blas Castagna que integra la colección de arte que Hachuel tiene a buen recaudo tras abandonar una empresa ahora en manos de Banesto. Ese pequeño pórtico lo definió el hombre que, según Hachuel, diseñó con Conde la operación Carburos, es decir, Romaní: "De haber existido ese pago -la persona que firma el contrato y da la orden de pagar en Suiza ¡no sabe de su existencia!- será el pago de una intermediación del destinatario de ese pago". Como se ve, claridad explicativa.
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