Treinta años después

Francia fue uno de los diez países europeos que, junto a Estados Unidos y Canadá, suscribieron el Tratado del Atlántico Norte en Washington, el 4 de abril de 1949, con objeto de crear una alianza defensiva frente al bloque soviético.En marzo de 1966, siendo el general Charles de Gaulle presidente, Francia comunicaba a los entonces 14 miembros restantes su intención de retirarse de la estructura militar de la OTAN y, aunque permanecía como miembro de la Alianza, solicitaba el traslado fuera de su territorio de las sedes, instalaciones o bases que no estuvieran bajo mando francés. El cuartel general de la OTAN se trasladaba de París a Bruselas.

Hasta ahora, Francia estaba representada en el Consejo del Atlántico Norte, autoridad suprema de la organización, pero no en el Comité de Planes de Defensa, ni en el Grupo de Planes Nucleares, ni tampoco en el Comité Militar. En éste, y de forma regular, ha venido manteniendo una misión con carácter consultivo.

Tradicionalmente, Francia ha sido el Estado europeo que más ha hecho hincapié en la necesidad de crear un sistema de defensa específicamente continental, manteniéndose en la alianza, pero siempre celosa de su autonomía y de su arsenal nuclear propio. Así, en octubre de 1991, Francia y Alemania anunciaron su intención de establecer una cuerpo de ejército europeo, que se concebía como la base del futuro Euroejército. Pero tanto París como Bonn dieron garantías de que no se trataba de sustituir a la OTAN.

Aunque el pasado mayo, y con objeto de no amenazar la seguridad de sus cascos azules desplegados en Bosnia-Herzegovina, Francia se abstuvo de participar en las primeras acciones aéreas contra los serbios, sí tomó parte activa en los bombardeos de la OTAN sobre posiciones serbobosnias de finales del verano.